México Channel / La metrópoli rural

AutorHarry Möller

Como para que no quede ninguna duda de que el Distrito Federal es un gigantesco cuenco volcánico, el extremo sur muestra 12 de ellos, de los cuales dos tienen nombres que suenan poco serios: uno es el "Pelagatos" y el otro se llama "Jumento".

Independientemente del aspecto chusco, el hecho importante es el de la gran extensión de volcanes, montañas y valles existentes dentro del perímetro que muchos creen conocer.

En el extremo sur del Distrito Federal se hablan tres idiomas: el náhuatl, el mazahua y el español, y aún se siguen muchas costumbres de origen prehispánico.

Hay 160 kilómetros de canales en un conjunto llamado Xochimilco, que viene a ser el último espejo de Anáhuac.

Existe el edificio religioso más antiguo del hemisferio occidental, llamado Cuicuilco, y se festeja eternamente la comida en un pueblo consagrado a ello: Atocpan, donde reinan los moles, los nopalitos en chipotle, los tlacoyos y las tostadas de pata.

En un país en el que abundan los nopales, un lugar del sur del Distrito Federal, Milpa Alta, concentra la mayor cantidad que se exporte: miles de toneladas.

El ámbito es enteramente rural, sin fábricas ni redes carreteras; virtualmente es otro país, en el que no hay más señas de la Colonia que algunos templos ruinosos.

Nada hay de la era virreinal ni de la época porfirista, y...

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