México Channel / Donde los brujos se hacen de papel

AutorHarry Möller

En una intrincada región de la sierra norte poblana, casi en los linderos de Puebla con Hidalgo, hay dos pequeños poblados separados entre sí por una honda barranca pero unidos por una muy vieja tradición: la fabricación de papel, a partir de la pulpa de la corteza del árbol amate o higuera. Se trata de Pahuatlán y San Pablito.

¿Desde cuándo inventaron los indígenas otomíes elaborar papel de la misma forma que los antiguos egipcios, es decir, machacando cortezas -amate unos, papiro los otros- hasta lograr la pasta que se volverá papel?

Eso jamás se sabrá, pero es algo que parece no molestar a pahuatlenses y sanpablitenses, pues tienen trato directo con los brujos.

El papel de brujos, así se llama, así se trabaja y comercia, es parte de una multicentenaria tradición de San Pablito, tan antigua que ya era vieja cuando llegaron los españoles.

Lo usan de color negro los brujos "malos", y blanco, los "buenos", que tratan por encargo de enfermar o curar, de enredar relaciones o armonizarlas. Lo recortan en curiosas formas, siguiendo una especie de código casi secreto. Por ejemplo, las figuras con zapatos representan a alguien malo; los buenos aparecen descalzos.

Hans Lenz quien, como su hermano Walther, algo supo del papel y sus orígenes (dueños de la antigua fábrica San Rafael), publicó en 1973 el libro "El papel indígena mexicano". En él da cuenta de los lugares, cada vez...

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