México, 100 años sin Emiliano Zapata: curiosidades y otros balazos

CIUDAD DE MÉXICO, abril 10 (EL UNIVERSAL).- Emiliano Zapata encarnó una lucha social que engendró el malestar del régimen latifundista del porfiriato y que dio voz y armas a campesinos e indígenas que durante décadas vieron arrebatado su patrimonio a manos de hacendados.

En 1883, un año antes de la llegada al poder de Porfirio Díaz, el presidente Manuel González expidió el Decreto del Ejecutivo sobre Colonización y Compañías Deslindadoras, que, con el fin de colonizar y ocupar tierras en desuso, permitió la intervención de "compañías deslindadoras", cuyo trabajo era medir, fraccionar, valuar y deslindar tierras para finalmente adjudicarlas a una persona.

Una vez llegado al poder, Díaz promulgó la Ley sobre Ocupación y Enajenación de Terrenos Baldíos, una ley que permitía que cualquier persona pudiera denunciar y adquirir terrenos que eran declarados "baldíos".

Estas políticas de desarrollo agrario, que privilegiaron a compañías extranjeras y a grandes propietarios, contribuyeron al abuso, explotación y despojo de comunidades rurales e indígenas que carecían de títulos de propiedad y cuyos terrenos eran declarados baldíos por las propias compañías.

Este pillaje agrario, que permitió el enriquecimiento y acumulación de tierras de unas cuantas familias en detrimento de los pequeños propietarios, campesinos e indígenas, fue el contexto social y político en el que emergió la figura de Emiliano Zapata.

Nacido en 1879 en Anenecuilco, Morelos, en el seno de una familia pobre que se sostenía con la producción de sus propias tierras y con la venta y compra de animales, Zapata presenció a muy corta edad el proceso de saqueo del que fue objeto su comunidad y su propia familia.

Al quedarse huérfano a los 16 años, comenzó a trabajar como labrador y arriero y al cumplir 27 años dio sus primeros pasos en el mundo de la política cuando en 1906 asistió a una junta de campesinos en Cuautla, en la que se analizó la forma de defender las tierras del pueblo frente a los grandes hacendados.

Su participación e iniciativa en la junta le costó ser incorporado a manera de castigo en el Noveno Regimiento de Caballería, donde demostró sus dotes en el manejo y conocimientos sobre los caballos.

Su interés y liderazgo en la defensa de tierras lo llevó a ser nombrado en 1909 presidente de la Junta de Defensa de las Tierras de Anenecuilco. Mantuvo una fuerte representación y acción política que lo convirtieron en una autoridad de la causa y una vez que inició la Revolución...

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