Mexicar / Vemos circo jurásico

AutorEnrique Canales

Pronto sabremos si durante su destete los del PRI aprendieron algo. ¿Sabremos juzgar a los gobernantes? Lo pregunto porque si los votantes en los malos tiempos se decepcionan y cambian de partido, es mejor no prometer grandes avances nacionales, sino modestos avances personales. Esa estrategia la utiliza López Obrador, quien navega de muertito prometiendo pequeños logros, esperando que las cosas no empeoren mucho.

Sería interesante poner la siguiente encuesta: a) ¿con Fox usted esperaba mejorar su situación económica? b) ¿usted hizo todo lo posible para mejorar su situación económica? c) entonces, si no fue culpa suya, ¿fue el gobierno el que le falló? Esto determinaría qué tanto la gente juzga al gobierno según el nivel de sus problemas económicos personales. Necesitamos aprender a juzgar las prácticas de gobierno al juzgar la capacidad de gobernar y no juzgar a un gobierno por su buena o mala suerte internacional.

Los panistas posiblemente sufrieron un "no apoyo" de los votantes, como prolongada secuela del ataque de Al Qaeda a las Torres de Nueva York, pues al paralizarse la economía americana, la economía mexicana también se atoró junto con muchas economías del mundo. Fox, sin lograr sacar sus grandes proyectos nacionales, ha tenido que maniobrar, para que el país no se colapse a pesar del freno que le ponen sus oponentes. Sin embargo, por las causas que sean, Fox aparece como el Presidente que gusta pero que decepciona.

Eso quiere decir que si la economía vecina sube en los próximos tres años, en la presidencial todavía podrían triunfar los panistas. Si Estados Unidos no mejora, no importa lo que hagan los panistas, cargarán con la culpa de la pobreza y del desempleo. El mercado interno en ninguna economía suple al mercado externo. Es una ilusión perredista pensar que en el mercado interno está la salvación. Muchos nacionalistas quisieran que nadie se compare con el exterior para sentirnos mejor en nuestro propio jugo.

En estos nuevos tiempos políticos, la desconfianza es ya una virtud cívica, al mismo nivel que la prudencia y la solidaridad. La cuestión es juzgar las prácticas de gobierno, para traerlas a primer plano, pues no podemos dejar que un gobernante triunfe por alguna causa externa dejando la casa más sucia de como la encontró, ni tampoco nos deberían interesar logros de corto plazo a costa de nuestros nietos.

Cuando me refiero a que tenemos un circo jurásico a la vista, no me refiero a detectar nuevos chupacabras...

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