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Mexicar / Juicio a Pinochet

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Vincent
AutorEnrique Canales

Las cosas no son totalmente blancas o totalmente negras; ni la maldad es total, ni la bondad tampoco. De esa trágica parte de la historia de Chile, va pues mi punto de vista. Alertas. Salvador Allende efectivamente en una reñida campaña con el 38 por ciento de los votos ganó legítimamente su presidencia.

Tan pronto se estableció en el poder, Allende empezó con un programa radical de centralización de la economía. Ilusionados con las tablas de insumos-productos y con el poder de las computadoras, trataron de "racionalizar" toda la economía chilena. No nacionalizaron muchas empresas, pero impusieron precios y cuotas de producción de miles y miles de productos. La idea comunista era que la economía de libre mercado era irracional y había mucho desperdicio. En esto les ayudó el gurú cibernético Stafford Beer.

Este infantilismo resultó catastrófico, pues nadie podía importar nada, ni producir nada, ni pedir nada a menos que tuviera el visto bueno de la electronificada Secretaría de Economía. Obvio, empezaron a escasear las materias primas, los productos, inclusive los alimentos y la gente empezó a quedarse sin trabajo. El gobierno comunista de Salvador Allende permitió que la gente de su Unidad Popular empezara a saquear comercios, almacenes y fábricas. Aquello fue un desastre espantoso.

Los socialistas comunistas empezaron a acusar a los ricos y a los empresarios de hambreadores y acaparadores, el mercado negro floreció, las marchas y los pillajes volvieron imposible la vida.

El Ejército se mantenía en estado de alerta, pues el desorden era casi total. Salvador Allende acusó a los Estados Unidos de todo y los sindicatos comunistas empezaban a crear una milicia civil. Luego hubo una huelga de los camioneros, pues no podían operar con la falta de gasolina, falta de refacciones y con los precios controlados. Los ánimos se desbordaron y los pillajes crearon zozobra y anarquía...

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