Mexicar / Estado cuida tontos

¿Debe el Estado mexicano protegernos de la enorme cantidad y variedad de estafadores que pululan en las calles, comercios, iglesias, comunidades, loterías de barrio, casinos fríos y calientes y demás procesos inventados para esquilmarnos? ¿Tiene el Estado la obligación de cuidarnos a todos los tontos para que no le entreguemos nuestro dinero a los que se pasan de listos?

Es sorprendente el nivel de desesperación que puede tener la gente para dejarse influenciar y entregar dinero dócilmente a los ministros de la tal Iglesia de origen brasileño “Pare de sufrir”.

¿Los tontos, ya sea por causas propias o ajenas, merecemos una enorme red de ángeles de la guarda pagados con los impuestos de todos?

Parece que nuestra capacidad de pensar racionalmente la perdemos primero cuando no tuvimos oportunidad de educarnos en el conocimiento “objetivo y positivo”; segundo, perdemos la razón cuando nos lava el cerebro cualquier cultura fundamentalista, y tercero, perdemos la razón cuando no podemos operar la realidad y la desesperación de no conseguir lo que deseamos nos descentra, nos disloca, nos aloca.

El pasado 3 de enero, en este periódico, Emiliano Ruiz nos relató lo que escuchó en una Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD) de la Avenida Revolución de la capital. Sentado en frente de los feligreses, el que se dijo obispo Paulo Roberto gritó: “Que pase al frente el que va a hacer un sacrifi- cio de 10, 20 ó 50 mil pesos”. Seis encandilados se pusieron de pie, caminaron al altar y dócilmente entregaron su dinero.

Luego siguieron los de 5 mil pesos. Más tarde los de 3 mil y 2 mil, que sumaron decenas; si hacemos un cálculo, don Paulo Roberto ya se había embolsado unos 200 mil pesos, por decir.

Al final, el obispo dijo: “Que pasen al frente los que van a hacer un sacrificio de mil pesos. Menos ya no, porque no es sacrifi- cio... tienen hasta el 16 de enero para juntarlo”. Ojo, les recuerdo a los feligreses de esta sacrificada Iglesia que en unos días más se llega la fecha del 16 de enero y si no pagan, van a sufrir más. Se justifican exigiendo el antiguo 10 por ciento como diezmo. Por lo visto, para esa extraña Iglesia, el pobre no puede parar de sufrir hasta que se vuelva más pobre.

La diferencia entre ofrenda y sacrificio, explicó el obispo, es que la ofrenda es un regalo que se hace al Señor; el sacrificio implica renunciar al futuro, entregar la vida.

Así pues, llega la hora de las ofrendas.

Con el mismo método, se empezó por 500 pesos, luego 200...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR