Metrópolis en estrés hídrico

AutorVíctor Osorio

Prácticamente la totalidad de las 74 zonas metropolitanas del País, que concentran casi dos terceras partes de la población nacional, han enfrentado en años recientes dificultades para garantizar el abasto de agua potable a la población.

Se trata, de situaciones de "estrés hídrico", término con el que se hace referencia a condiciones en las que la demanda supera la oferta de agua.

Las presas de almacenamiento del Sistema Cutzamala -que suministra 25 por ciento del agua que consume la Zona Metropolitana del Valle de México y abastece también a la de Toluca- registran uno de sus niveles más bajos en su historia, con un déficit que llegó este mes a casi 23 por ciento respecto al promedio para la fecha.

En el caso de la Zona Metropolitana de Monterrey, el año pasado experimentó una grave crisis hídrica como consecuencia de la sequía, que dejó prácticamente vacías las presas Cerro Prieto y La Boca, y, de acuerdo con el Gobierno federal, también por el sobreconcesionamiento de líquido a la industria.

Sin embargo, para esta temporada, las lluvias de los últimos días, y las consecuentes aportaciones que hicieron a las presas, el director de Agua y Drenaje, Juan Ignacio Barragán, dijo que hay optimismo de que en 2023 no se presente una crisis de abasto como en 2022.

En Guadalajara, la escasez de agua se volvió algo cotidiano en su Zona Metropolitana desde hace más de una década, como resultado del acelerado crecimiento urbano, la dependencia de una fuente inestable como el Lago de Chapala y las complicaciones para concretar nuevas fuentes de abasto.

Y el escenario se repite, con variantes climáticas y administrativas, en León, Morelia, Puebla, Pachuca, Cuernavaca, Acapulco, Tijuana, La Paz, Hermosillo...

Las condiciones de sequía que han azotado a buena parte del territorio nacional en esta década han hecho más acuciante el problema de insuficiencia de agua, pero en realidad se trata de una condición crónica, derivada del propio crecimiento demográfico, el agotamiento de recursos y las deficientes planeación y gestión de los sistemas de abasto.

Hay cada vez menos líquido disponible para consumo, se requieren obras cada vez más complicadas y costosas para llevarlo a los centros urbanos y la gran mayoría de los organismos operadores encargados de entregarlo en los hogares se ven rebasados por su propia ineficacia administrativa, el deterioro de la infraestructura y la insuficiencia de recursos.

Cada vez menos disponibilidad

Las proyecciones de la Conagua indican que la disponibilidad de agua renovable en el País pasará de 3 mil 600 metros cúbicos por habitante al año en 2021 a 3 mil 482 en 2025 y a 3 mil 358 en 2030, una pérdida de casi 7 por ciento en sólo una década.

Las caídas más severas se registrarán en entidades con alta actividad turística: Baja California Sur tendrá una disminución de 18.5 por ciento, Quintana Roo de 17.5 y Nayarit de 12.3.

La única entidad para la que se prevé un aumento, de 4 por ciento, es Ciudad de México, y muy probablemente esté relacionada con la disminución de su crecimiento demográfico.

De acuerdo con la Conagua, se considera que existe escasez absoluta cuando el valor del indicador es menor de 500 metros cúbicos por habitante al año, crónica cuando se encuentra entre 500 y mil, con estrés entre mil y mil 700...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR