Educación: metas chiquitas; esfuerzos poquitos

(Embargada para sitios en internet hasta las 24:00 horas locales)Manuel Gil AntónProfesor del Centro de Estudios Sociológicos, El Colegio de MéxicoEL UNIVERSALNo lo dice el amigo de un amigo. Ahí estaba el escribidor de estas cuartillas. Me tocó verlo: doy fe. En aquella reunión, organizada por la Secretaría de Hacienda, una experta de la Comisión Económica para América Latina, Cepal, "enseñaba" a los funcionarios de la educación pública cómo proponer metas, pues se emplearía una nueva forma para la planeación de las políticas sociales. Anunciaron uno de los retos a alcanzar: de los 20 estados de la república cuya cobertura en educación superior en 2006 era menor al 20%, rebasarían este límite, al finalizar este sexenio, por lo menos 12.La asesora escuchó la propuesta y, aunque usted no lo crea, les dijo: "Cuidado. No les conviene. Si se ponen retos así de grandes quizá no los puedan cumplir; es mejor estipular, por ejemplo, que el propósito es que tres entidades rebasen el 20%. De este modo, seguro cumplen; pero si logran seis habrán duplicado el logro y no se diga si llegan a nueve o a las 12 que creen posible haciendo esfuerzo habrán roto el récord mundial en el rebase de los propósitos. A todos les conviene, dijo: la SEP quedará muy bien evaluada. La secretaría, y no se diga el Presidente, informará, oronda, que ha habido avances sin precedentes. No se arriesguen. Prometan menos y al cumplir más serán merecedores de la luz verde en el semáforo de la planeación estratégica".Menudo llamado a la mediocridad. Sin vergüenza alguna se sugirió a los funcionarios poner objetivos triviales en su programa para que al conseguirlos, y con creces, quedaran bien calificados. Como buenos alumnos. ¿El país? ¿Los jóvenes de carne y hueso? A quién le importan. ¡Pero qué lista es usted!Fue muy triste, confieso, ser testigo de que los señores del traje gris de la subsecretaría, sonriendo ante el ardid, modificaron, pese a su primer planteamiento, el verdadero reto por la simulación sin mayor problema. Redujeron el número de entidades que mejorarían su cobertura, de tal manera que ahora se presume -en el V Informe presidencial lo destaca el titular del Ejecutivo- que el propósito fue no sólo cumplido sino superado y por mucho. Aplausos burocráticos. Pena ajena. ¿Mérito? Ninguno. Mediocridad a pasto.Otro caso: si revisamos el Programa Sectorial, la primera meta es lograr, en el 2012, una cifra absolutamente inocua: pasar de 425 puntos en la sección de...

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