Una metamorfosis creíble

AutorManuel Angel Núñez Soto

La consolidación de una transición democrática requiere por fuerza de un sistema de partidos y de la institucionalización de los grupos organizados que compiten en elecciones para conformar el poder público.

La suerte de cada partido relevante y significativo para un arreglo institucional, tiene efectos reales en el camino que la consolidación democrática habrá de seguir. Así, preguntarnos por los retos que el Partido Revolucionario Institucional deberá enfrentar en su proceso de reforma interna y construcción de una nueva mayoría ciudadana que lo respalde, es también preguntarnos por el rostro del México que empezó a dibujarse el 2 de julio de 2000.

La alternancia democrática no puede significar la marginación o exclusión de fuerzas políticas, ni mucho menos volver a construir al país y sus instituciones desde los cimientos. La consolidación democrática es la obligación del Estado y debe ser el compromiso de todos los partidos.

Por lo anterior, el Partido Revolucionario Institucional, tiene la doble responsabilidad de ser factor y balance del cambio, y de permanecer y defender su viabilidad como un proyecto político que puede constituirse en eje de la transformación mexicana. El país ha cambiado, por lo tanto un partido que aspira a gobernar una sociedad en permanente evolución debe cambiar, ese es el reto y la oportunidad del Revolucionario Institucional.

El análisis comparado de las experiencias nacionales dentro de la que ha sido denominada la tercera ola de la democratización mundial, esto es, el total de las naciones que entre 1970 y 1980 en Latinoamérica, Europa del Sur y Europa del Este adquirieron las credenciales democráticas mínimas, nos ha enseñado que la preservación de las nacientes estructuras democráticas demanda cinco factores básicos: La adopción, por parte de las dirigencias partidistas y grupos que ejercen liderazgo social, de un definitivo compromiso democrático.

La consolidación y estabilidad democrática demandan también la prevención de retrocesos económicos que intensifiquen los conflictos sociales y la polarización en contienda política.

No pueden excluirse a los grupos más desventajados de una sociedad de la contienda política institucional. Esto es, el sistema de partidos y de diseño de programas gubernamentales no puede empezar a reflejar únicamente los intereses y opiniones de aquellos que en virtud de su posición socio-económica pueden efectivamente participar en el debate público o influir en el diseño de...

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