Mérida: Mestizaje de la ciudad blanca

AutorOscar Alvarez

En el Museo de Antropología e Historia las estelas de dignatarios ricamente ataviados, la mirada pétrea e inquietante de algún chac mool y los jaguares que representan el poder de los guerreros, nos hablan de la civilización que primero habitó las tierras planas de la península yucateca.

Aunque diluida con la Conquista española, lo esencial de su cultura pervive con la gente del mismo modo que permanece T'ho, el antiguo asentamiento maya sobre el que se fundó Mérida, y cuyos edificios desmantelados ofrecieron sus piedras para que con ellas se levantaran los primeros edificios emeritenses.

Ciertamente, el Museo de Antropología no se benefició de ello al ser su origen mucho más tardío, porque el Palacio Cantón es hijo de la bonanza henequenera que de 1850 a 1920 trajo a México, entonces único productor de esta fibra, incontables millones de dólares. Las mansiones afrancesadas, como la que alberga el museo, fueron construidas en esta época transformando la fisonomía del Paseo Montejo hasta convertirlo en un de los más hermosos del país.

Desde el contemporáneo Monumento a la Patria hasta la Calle 47, árboles frondosos sombrean los jardines de palacetes de estilo europeo que le otorgan a esta avenida...

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