Mercados de pulgas: Hay de todo y para todos

AutorCarla Guerrero

Mi amiga Silvana estaba embelesada con la mascada de seda color verde agua y estampado dorado, se la acomodaba en el pelo y en el cuello para formar con ella un turbante y decía que se parecía a una pintura de Dalí.

Cuando miró el precio, quedó convencida de que el destino la había puesto en el mercado de pulgas indicado. Feliz pagó por ella apenas unos 2 dólares, ¡una ganga!

A nuestro paso había toda clase de "maravillas". Puestos de ropa colgada en ganchos, anaqueles de zapatos, stands de joyería de fantasía, cajas con cristalería fina y establecimientos de muebles y antigüedades.

En un mercado de pulgas se venden artículos de segunda mano; sin embargo, cada vez es más la variedad que ofrecen e, incluso, se puede encontrar artículos de calidad.

Aquí el regateo es permitido, y si el vendedor empieza a negociar, entonces tenga la certeza de que puede conseguir a un buen precio.

En un mercado de pulgas o "flea market" puede encontrar desde artesanías orientales hasta puestos de comida de toda índole, como la arequipa colombiana y el taco mexicano.

Las grandes ciudades como Nueva York, París, Tokio y Berlín presumen de tener amplios establecimientos de esta índole.

Su periodicidad está ahora tan establecida que se pueden encontrar sitios de Internet con información detallada sobre dónde, cuándo y cómo se establecen estos mercaditos.

El origen de su nombre no está muy bien determinado. Albert LaFarge relata en su libro "Qué es un Flea Market", editado en 1998, que el término de "flea market" es la traducción literal de la frase francesa marche aux puces, que se refiere a los bazares a la intemperie de París que se vieron afectados por este parásito, principalmente en la mueblería fina que vendían.

La segunda historia se cuenta en el libro "Flea Markets en Europa", publicado por Chartwell Books. El autor escribe que en tiempos de Napoleón III, el arquitecto imperial Haussmann hizo algunos planos para la construcción de calles, plazas y avenidas en el centro de París para que el Ejército pudiera marchar con más pomposo sonido.

Los planos obligaban a los comerciantes de mercancías de segunda mano a abandonar sus...

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