Menores, los olvidados del éxodo migrante

TIJUANA, BC., marzo 2 (EL UNIVERSAL).- A sus 17 años Bryan sabe de la muerte. La recuerda desde los últimos días que estuvo en su país ?Honduras?, cuando 10 pandilleros lo rodearon a él y a Litzi, su novia, les apuntaron con pistolas a la cabeza y le lanzaron la advertencia: entras o bala, pero aun cuando escapó y llegó al norte de México, pareciera que esa vida lo alcanzó en Tijuana, a más de 3 mil kilómetros de distancia de su casa, donde ahora los narcomenudistas también ofrecen trabajo.

Bryan es uno de los menores de 18 años que llegaron a esta ciudad fronteriza entre noviembre y diciembre de 2018, junto con las caravanas de centroamericanos que, de acuerdo con el ayuntamiento de Tijuana, alcanzaron alrededor de los 6 mil 200, entre ellos mil menores, y por lo menos una tercera parte de éstos viajaron como él, solos.

"Aquí no ha sido tan diferente", dice Bryan mientras fija su mirada en el muro que divide la ciudad de Estados Unidos, justo a unos pasos antes de cruzar, "es lo mismo, pero diferente, allá son pandillas y aquí narcos".

Desde que llegó no recuerda lo que es dormir bajo un techo y en una cama, pasó más de dos meses junto a Litzi, entre un albergue y otro, primero fue uno que apenas duró menos del mes, el Benito Juárez, habilitado en un centro deportivo ubicado en la zona norte, en el municipio, en una de las colonias más violentas y con mayor flujo de droga, por consumo y por venta.

Justo en ese punto, donde el gobierno municipal decidió concentrarlos, dos menores migrantes de entre 15 y 16 años fueron torturados y asesinados. Uno más que los acompañaba sobrevivió al horror, escapó solo para contar la historia y aprender que la violencia de su país también la pueden vivir desde aquí.

Diagnóstico UNICEF. En el último mes, personal del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés United Nations International Children?s Emergency Fund) realizó una revisión en las estaciones de migrantes de Tapachula, Chiapas, y Tijuana, Baja California, en las que halló violaciones a la Ley General de la Infancia.

Por una parte, porque en el sur del país las autoridades migratorias retuvieron a menores en las estaciones cuando debió dársele prioridad al interés superior de ese sector, señala la representante adjunta del organismo en México, Pressia Arifin-Cabo.

En el caso del norte, dijo, no encontraron niños y adolescentes retenidos, pero las anotaciones fueron en otro sentido: la seguridad de los menores no...

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