LA MENOR IMPORTANCIA / Tiraderos

AutorJosé Israel Carranza

Se explicará por un principio de conducta compulsiva o como un hábito que no me he propuesto nunca a examinar detenidamente, quizás para moderarlo: no puedo pasar delante de un tiradero de libros sin detenerme a echar siquiera un vistazo (tiradero: la exhibición que un comerciante hace de su mercancía directamente sobre la banqueta, o en una plaza o un camellón). Por curiosear así, tengo claro que, sobre todo en tiempos ya remotos -cuando empezaba a cobrar forma lo que yo llamo mi biblioteca, pero que más bien es un tilichero ingente que ignoro según qué orden ha proliferado-, he dado con algunos hallazgos decisivos para mi historia de lector, como el libro Una Violeta de Más, de Francisco Tario (en su primera edición, lo que da al hallazgo un extra más bien fetichista), y quizás por la esperanza de que el milagro acontezca cada vez es que siempre meto el freno de mano y veo qué hay. Lo triste de los milagros es que escaseen, sin embargo, y que obstinarse en procurarlos sea una vía segura de inhibir su ocurrencia.

Decía Borges que a menudo se enfrentaba a la alegría de encontrar a la venta un libro anhelado y, simultáneamente, a la decepción de recordar que ya lo tenía. Aunque a veces me ha salvado de esa decepción la desmemoria (y por eso he llegado a reunir hasta tres ejemplares del mismo título), conforme pasan los años he advertido que los tiraderos se me presentan, más que como yacimientos de maravillas, como...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR