LA MENOR IMPORTANCIA / Impertinencias

AutorJosé Israel Carranza

Hace un par de días salió la noticia de que a los marines de EU se les prohibió usar redes sociales como Facebook, MySpace o Twitter, por seguridad. La medida tendrá vigencia de un año, y contempla la salvedad de que se conecten a estas redes cuando «no estén en su lugar de trabajo». Se entiende que el razonamiento es éste: si un militar destacamentado en territorio de guerra da su ubicación, además de cuantas indiscreciones se le antojen, como fotos de las instalaciones, noticias sobre sus acciones o lo que sea, estará brindando información que facilite al enemigo dar con él y abatirlo más sencillamente.

El tema de los usos malévolos que se pueden dar a estas herramientas de comunicación no es nuevo; recurrentemente hay oleadas de paranoia con mensajes de alerta respecto a los riesgos que supondría abrir las ventanas de la privacidad a la curiosidad de millones de enemigos potenciales. Con dar las propias señas en Facebook (qué hace uno, qué le gusta, con quién se junta), según esta perspectiva, uno estaría abriendo paso a los secuestradores o a cualquier otro tipo de maldoso. Desde luego: tan cierto es que los excesos de la indiscreción pueden ser peligrosos como que la gente es muy burra y no mide. Al 15 de julio, Facebook alcanzó 250 millones de usuarios: más de algún indeseable estará pendiente de las ocasiones para medrar.

Pero el abuso del medio (hablo de Facebook, básicamente: a MySpace dejé...

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