La menor importancia / La cartilla

AutorJosé Israel Carranza

En México y otros países, leerle a alguien la cartilla significa hacerle ver sus deberes y, tácitamente, advertirlo acerca de las consecuencias de que no los cumpla. Es una expresión muy probablemente originada en la fundación, en 1844, de la Guardia Civil española, para la que el II Duque de Ahumada redactó un código de conducta, base del actual reglamento de ese cuerpo. El uso que hoy damos a la expresión lleva implícitos los sentidos de reprimenda y amenaza: si te leen la cartilla es porque ya la infringiste, y a la siguiente que hagas así te va a ir.

Bueno, pues al Presidente de la República le dio por leernos la cartilla. Lleva rato haciéndolo, claro: en gran medida, ha trabajado el carisma que sus fieles le encuentran con un discurso, maniqueo y no pocas veces santurrón, que funciona a fuerza de absolutos morales y simplificaciones de la realidad; también con gestos propios de un ministro espiritual (perdón, amor, buena fe) cuya autoridad dimana de su propia supuesta integridad. Y la que nos viene a leer es la Cartilla moral de Alfonso Reyes, un texto más bien empolvado, amén de soporífero, que condensa un puñado de obviedades para cualquiera que haya tenido una clase de civismo en la vida (o bien, que haya ido alguna vez a la doctrina).

Pobre don Alfonso: no son sus páginas mejores. (A mí...

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