LA MENOR IMPORTANCIA / Artísticas

AutorJosé Israel Carranza

Así se le decía a la clase de Educación Artística en mi secundaria, supongo que en plural porque también en plural estaban las Ciencias Sociales, las Ciencias Naturales y las Matemáticas. Por más que fuerzo la memoria, sólo doy con las estampas de dos profesores que impartieron la materia, y con escasas impresiones de su actuación: uno, quizás en el segundo año (y a lo largo de todo ese año), básicamente se dedicó a hacernos aprender el himno a las secundarias técnicas -que, entiendo, él había compuesto-, y el «Himno a Juárez», que sólo habremos tenido ocasión de cantar en las inmediaciones del 21 de marzo; otro, el de tercer año, fue más allá de la música y orientó buena parte de nuestro aprendizaje hacia la dramaturgia y la representación teatral -proceso que recuerdo con alguna emoción: incluso hube de pergeñar alguna piececilla que unos compañeros representarían, un melodrama sobre boxeadores y amores dificultados por la adversidad, temas que fueron fuente de considerables complicaciones para la puesta en escena: los boxeadores se entusiasmaban más de la cuenta dándose trompadas, al Romeo y a la Julieta les daba pena besarse delante del público. Este maestro, también, tuvo que ponernos a hacer calaveras de papel maché para un altar de muertos: manualidades, que es en lo que acaban consistiendo, en buena medida, las prácticas de la Educación Artística.

De la primaria tengo borrada toda incursión en la materia, si es que la hubo. Me llevaron al Museo Regional, pero lo único que pudo impresionarnos -y cómo no- fue...

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