Un memorial desde presente más violento

Yanet Aguilar SosaCIUDAD DE MÉXICO, octubre 2 (EL UNIVERSAL).- En la plancha de concreto donde están impresas las huellas de los sobrevivientes y de los familiares de las víctimas del Movimiento Estudiantil del 68, que lleva por título "Monumento a la ausencia" y es obra de la artista israelí Yael Bartana, hay un vacío, una ausencia colectiva de una masacre, pero también un grito de justicia que a 50 años de la masacre de estudiantes de Tlatelolco recuerda la violencia del México actual.

La obra que cubre casi en su totalidad el patio interior del Centro Cultural Universitario (CCU) Tlatelolco, lo mismo que la Colección M68 Ciudadanías en Movimiento que reúne más de 100 objetos digitales provenientes de 47 archivos, confirman lo que es una verdad dolorosa que hoy México es infinitamente más violento e infinitamente más injusto.

Esta pieza marcada por huellas de quienes fueron tocados por la violencia de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, habla de la ausencia colectiva que permea a toda la sociedad. "Hoy está ausencia también es un monumento a la gente, un homenaje a los sobrevivientes que pasaron el último medio siglo lamentando y luchando por la muerte y desaparición de sus compañeros", señaló la artista Yael Bartan en un mensaje.

En la presentación de "Monumento a la ausencia" y de la plataforma digital "M68", que contiene documentos, fotografías, caricaturas, mantas, entrevistas, volantes, manuscritos y expedientes gubernamentales de los movimientos sociales más significativos desde 1968 a la fecha, y en la que colaboran varias instituciones, entre ellas EL UNIVERSAL, incluyó la declaratoria como patrimonio cultural intangible a Tlatelolco como Sitio Emblemático de la Memoria Histórica de la Ciudad de México, que fue firmada por el jefe de gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva; el secretario de Cultura de la ciudad, Eduardo Vázquez; el rector de la UNAM, Enrique Graue, Lidia Camacho, directora del INBA, y vecinos de Tlatelolco.

En la conmemoración de las víctimas del 2 de octubre, que cerró con una acción coreográfica masiva dirigida por la coreógrafa Evoe Sotelo, no faltaron los goyas de la UNAM y el huelum del IPN, sobre todo se escucharon los gritos de justicia y la exigencia de "2 de octubre no se olvida" y "ni perdón ni olvido". Incluso hubo una demanda puntual de Severiano Sánchez, a nombre de todos los sobrevivientes del 68 dijo que "para los genocidas de Tlatelolco, para los asesinos de los muertos del...

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