DE MEMORIA / Alguien debió hablar mal de nosotros

AutorSealtiel Alatriste

26 de abril 1925: Se publica en París, "El proceso", la prodigiosa novela de Franz Kafka, quien había muerto el año anterior.

La gente tiende a decir que la literatura no sirve para nada aunque haya momentos de la historia que no pueden entenderse sin ella. Y digo historia para referirme a esos instantes que, sin tener una fecha precisa, han determinado el devenir emocional de la humanidad. Pongo un ejemplo: parece innegable que cuando se representó por primera vez la tragedia de Edipo, tomó forma un sentimiento oscuro al cual la humanidad no le había puesto nombre hasta entonces: la culpa. Se sabía de sus nefastos efectos pero nadie había sido capaz, como el malhadado rey de Tebas, de sacarse los ojos para escapar de sus consecuencias. Ahora sabemos, gracias a la Biblia (que de alguna manera también es literatura), que fue la culpa la que destruyó a Caín, pero el ambicioso hijo de Adán y Eva, no sabía que el origen de su tormento se llamaba culpa. "¿Dónde está tu hermano?", le había preguntado Dios, que ya sabía que el malvado era un vil fraticida. "¡Qué se yo!", había respondido Caín como responden los niños malcriados, y de ahí pal'real: la culpa lo atormentó el resto de su vida. Lo que diferencia a estos dos personajes, Caín y Edipo, es que mientras el primero era responsable de sus actos (era culpable porque intencionalmente había matado a su hermano), el segundo podría alegar inocencia: se acostaba con su madre pero ignoraba que Yocasta, su esposa, también era quien lo había parido. Sin embargo, cuando el infeliz se entera de su pecado, lo hubiera cometido o no con intención, se saca los ojos. En ese momento la historia sentimental de la humanidad dio un vuelco. Nada volvería a ser como antes, nunca más podríamos alegar que la ignorancia nos hacía inocentes, y ese descubrimiento, señoras y señores, se lo debemos a la literatura, a eso que algunos llaman, con cierto desprecio, ficción.

Habría que esperar muchos años para que algo similar ocurriera en nuestro devenir sentimental, pero la mañana en que Josef K., el héroe de la novela El proceso, es detenido en su casa, todo se volvió a poner de cabeza. "Alguien debía de haber calumniado a Josef K.", dice el narrador, "pues sin haber hecho nada malo, fue detenido una mañana". Resultaba, ni más ni menos, que ya no...

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