Lo mejor de la filosofía Honda
| Autor | Jesús Ballesteros |
En comparación con todos sus rivales europeos, Acura es una marca más joven, por mucho.
Nacida hace apenas 18 años, en 1986, la división de lujo de Honda no ostenta una historia tan rica como la de BMW, Mercedes Benz o Volvo, pero ciertamente esto no le ha impedido lograr unos resultados muy alentadores en el mercado de Estados Unidos.
Ante la ausencia de una larga trayectoria, que a su vez se traduce en una identidad que se encuentra aún en su infancia, la carta fuerte que ha elevado a Acura hasta donde está ahora es la confiabilidad de sus vehículos y la calidad de su servicio de post-venta.
Éstas son, después de todo, dos características que desde hace años han distinguido a Honda, y que ahora son responsables también del éxito de su marca premium.
Acura es, por lo tanto, una demostración de que a veces la confiabilidad de un producto puede más que el prestigio de una marca muy reconocida.
Y es precisamente sobre este fundamento que la casa japonesa construirá su estrategia de comercialización en nuestro país, la cual incluirá un nivel de servicio nunca antes visto en el segmento de lujo, o al menos esto es lo que han asegurado los ejecutivos de Honda de México.
Ahora bien, esto no significa que todas las ventajas competitivas de Acura estarán basadas únicamente en la confiabilidad y el servicio, de ninguna manera.
Lo interesante de la marca, de hecho, es que encima de estas características ofrece también una gama muy competitiva de vehículos, de los cuales el TL es un modelo particularmente atractivo.
Tan sólo en el renglón del motor, por ejemplo, el TL ofrece un V6 de 270 HP que rebasa en potencia a todos los propulsores de seis cilindros del segmento.
Y con 3.2 litros de cilindrada, no es el más grande de ellos, lo cual significa que es más eficiente gracias a la aplicación de las modernas tecnologías de Honda.
Personalidad más definida
Es probable que a estas alturas usted ya haya detectado que existe una cierta semejanza entre el TL y el Accord.
Los dos fueron creados, a fin de cuentas, por una misma casa, y comparten filosofía, tecnologías e incluso componentes, lo cual tiene que dar como resultado dos autos que se parecen entre sí, especialmente en el tacto y la experiencia al volante.
Por más que se parezcan, sin embargo, queda claro después de manejarlos que el TL es un auto con un desempeño superior y un carácter más agresivo, en línea con su clasificación de sedán deportivo de lujo.
En comparación, el Accord V6 se distingue...
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