Meade se quita la corbata

AutorErnesto Núñez

José Antonio Meade defiende, con vehemencia, la política económica que ha instrumentado durante más de dos décadas desde diversos cargos públicos.

"Yo no creo que las políticas hayan producido millones de pobres", responde en su nuevo despacho, en el piso 17 de una torre en Paseo de la Reforma, al preguntarle si llega a Sedesol a levantar a los heridos de las políticas neoliberales.

"Las políticas han sido útiles en generar espacios de apoyo y de asistencia", insiste, cuando se le hace ver que México tiene los mismos niveles de pobreza de hace 25 años, a pesar de un enorme gasto en programas asistenciales.

"Surgieron en México, y hoy son parte de la batería de política pública del mundo, los programas de apoyo condicionado, en la inteligencia de que por esa vía se podía, intergeneracionalmente, apuntar hacia mejores condiciones. Había un poco la percepción de que si uno generaba esos espacios de apoyo, el mercado iría corrigiendo el resto", justifica.

-¿No cree, como escribió hace tiempo Santiago Levy, que haber gastado billones de pesos en programas sociales fueron buenas intenciones con malos resultados? -se le provoca.

"No. Si uno va revisando, se siguen apreciando retos muy relevantes, pero se aprecian también avances muy significativos", responde, "hay carencias que persisten, ancestrales, pero el número de carencias es menor y la pobreza extrema, medición tras medición, se ha venido abatiendo".

Meade es optimista.

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Han pasado 24 años desde que el joven José Antonio Meade (México, 1969) empezó a trabajar como analista en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. Era 1991, estudiaba al mismo tiempo Economía en el ITAM, y Derecho en la UNAM.

Eran los años en los que John Williamson acuñó el término "Consenso de Washington", con el que se definió un modelo económico para los países en desarrollo, basado en la prevalencia del mercado, que se extendió por todo el mundo.

México estaba en el esplendor del salinismo y se preparaba para firmar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

Era la época de las privatizaciones -de hecho, en el currículum de Meade se destaca que asesoró la privatización de Banamex.

En ese entonces, México tenía 46 millones de pobres por ingresos, equivalentes al 53 por ciento de su población. Pero todavía no surgía la guerrilla zapatista de 1994, y el Programa Nacional de Solidaridad prometía acabar con ese lastre.

Hijo de Dionisio Meade -funcionario priista que en aquellos años asesoraba a Banco Somex y al Banco Obrero-, el joven economista formó parte de la generación de Luis Videgaray, Ernesto...

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