Matthew Lynn / Europa no necesita bebés

AutorMatthew Lynn

¿Pensando en tener un hijo pronto? Pues siéntese y póngase cómodo. Los gobiernos europeos van a ayudarlo.

En los últimos años, las políticas fiscales y de seguridad social se han centrado en aumentar la tasa de natalidad de la región.

No obstante, se le está dando una importancia excesiva a la bomba de tiempo demográfica, que ha comenzado la cuenta regresiva como el reloj biológico del que hablan las revistas femeninas. Pero no está nada claro que los incentivos que se ofrecen sean realmente necesarios.

Lo que Europa necesita no son más bebés, sino menos dependencia e interferencia estatal. La población debería encontrar su propio equilibrio natural.

La idea de que una disminución de la población arruina a un país aún no se ha demostrado. En teoría, el aumento de la productividad podría contrarrestar la disminución de la mano de obra necesaria para mantener el ritmo de crecimiento económico.

A muchos políticos les preocupa que no queden votantes en unas décadas.

La canciller alemana Angela Merkel ha introducido incentivos fiscales para bajar los costes de cuidados infantiles de hasta 4 mil euros (4 mil 760 dólares) anuales.

En Francia, el Gobierno prevé aumentar los subsidios a las mujeres que tengan un tercer hijo, lo que les facilita la vuelta al trabajo. La medida entrará en vigor en julio y costará al Estado unos 140 millones de euros más.

En Italia, la ciudad de Laviano ha ofrecido 10 mil euros a las parejas que tengan un hijo. En Austria, se analiza dar más derechos de voto a parejas con hijos. La idea es que esta medida contrarrestaría el creciente poder electoral de los jubilados.

Incluso el Reino Unido está preocupado. Un informe del Institute for Public Policy Research de Londres decía que en Gran Bretaña había una falta de más de 90 mil bebés al año.

Está claro que las tendencias demográficas en Europa están cambiando. La tasa de fertilidad en Alemania era de 1.37 nacimientos por mujer en 2004. En el Reino Unido de 1.74 y en Francia de 1.94. La relación debería ser de al menos de 2.1 para conseguir el reemplazo generacional, según Eurostat, la oficina de estadísticas de la Unión Europea.

No tengo nada en contra de los niños. De hecho, dos de ellos juegan en la habitación contigua a donde se escribe esta columna (y si quiere que se los preste un fin de semana, lo haría con gusto). Algunas personas quieren muchos hijos y otros ninguno, la mayoría preferimos un término medio. El problema radica en los gobiernos, que creen poder...

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