Matthew Broderick y Nathan Lane: Produciendo diversión

AutorEduardo Molina

La respuesta a cómo se conocieron Matthew Broderick y Nathan Lane provoca un intercambio entre ellos que los hace parecer un viejo matrimonio.

Nathan Lane: "¿Les cuento yo la historia?".

Matthew Broderick: "Claro, no te importa si...".

NL: "¿Tomas una siesta? En realidad no se acuerda bien él de la primera vez en la que nos conocimos. ¡Oh, cielos, sonamos como una pareja de casados!".

MB: "Él nunca recuerda nada de lo que le digo, ¡es que no escucha!...".

No es raro que los actores suenen como un matrimonio, después de todo tienen ya varios años en los que sus caminos se han cruzado profesionalmente.

En 1994 ambos prestaron sus voces a El Rey León, pero el par se hizo prácticamente inseparable desde que el musical Los Productores se estrenó en Broadway en el 2001.

La química entre ellos es palpable y la promoción de la versión fílmica del éxito teatral la realizan juntos en el Hotel Regency de Nueva York.

En estos momentos, los actores, Broderick, de 43 años, y Lane, de 50, triunfan en Broadway otra vez con el nuevo montaje de La Pareja Dispareja.

La venta de boletos para la obra original de Neil Simon fue tan elevada, que lo que originalmente sería una puesta limitada del 28 de octubre del 2005 al 2 de abril de este año se extendió hasta el 4 de junio.

Su exitosa mancuerna en la puesta en escena de Los Productores los hizo candidatos instantáneos a llevar los roles protagónicos en la cinta, donde también participan Uma Thurman y Will Ferrell.

"Estábamos emocionados de que nos pidieran que lo hiciéramos, y más de que en realidad ocurriera. Son grandes papeles. Nuestro nerviosismo es sólo en la esperanza de que a la gente le guste y sea tan divertido para ellos como para los que la vieron en el teatro. Fuera de eso, estoy feliz de estar aquí", explica Lane.

Es una tarde de lunes el día en que La Pareja Dispareja no tiene funciones, y aunque lucen cansados no pierden su sentido del humor.

La versión fílmica de Los Productores es prácticamente fiel a la versión teatral, a su vez basada en la película de Mel Brooks Con un Fracaso Millonarios.

"Algunos de los cambios son cosas muy buenas, como que sí pude gritar en algunas escenas sin tener que guardar mi voz para poder cantar el número del final, especialmente en la escena de mi colcha de seguridad. Pero en realidad, la responsabilidad de hacerla funcionar en cine era para la directora Susan Stroman y para Mel Brooks. Uno como actor tiene los instintos de que cuando ves que la cámara se acerca...

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