Matt Damon ...Y todo por un beso

AutorEdgardo Reséndiz

Matt Damon tiene sentimientos encontrados.

Eso se nota tan pronto como "la pregunta" se plantea.

Pero es inevitable. Desde hace varios meses se ha hablado mucho de su participación en Behind the Candelabra, la cinta de Steven Soderbergh en torno a la relación entre el exótico pianista Liberace y su joven amante Scott Thorson.

Basada en la novela autobiográfica escrita por el propio Thorson junto con Alex Thorleifson, adaptada por Richard LaGravenese, la cinta - que se proyectó en el Festival de Cannes hace unos días, se estrena hoy por la cadena estadounidense HBO y será exhibida en cines en el resto del mundo- se asoma a la tempestuosa vida de la pareja desde una perspectiva que atemorizó a los grandes estudios de Hollywood, al grado de que la televisora fue el único canal de salida en Estados Unidos.

Y toda la alharaca generada en los medios se centró en los besos y las escenas de cama entre Michael Douglas y Damon, quienes interpretan a los personajes centrales.

"Para nosotros lo importante no fue besarnos", aclara el actor de 42 años, originario de Boston, Massachusetts. "Y eso es algo en que la prensa ha hecho mucho énfasis.

"Lo que buscamos como actores es proyectar lo que significa la intimidad entre dos personas que han tenido un romance de años".

Enfundado en un pantalón de mezclilla y una camiseta de manga larga de algodón arremangada hasta poco antes del codo, con tenis, pelo corto y lentes, su imagen contrasta radicalmente con la del papel de Scott, de espigada figura y cabello largo con "anchoas" setenteras que parece una mixtura entre David Cassidy y Farrah Fawcett.

Damon está en Cancún, una mañana de abril, promoviendo Elysium, la cinta que filmó en México bajo la dirección del sudafricano Neil Blomkamp, al lado de Jodie Foster y Diego Luna, pero la charla con la prensa internacional da un giro y el tema de Behind The Candelabra sale a relucir.

El actor lo acepta de buen grado, pero no oculta cierta inquietud porque sabe que "el beso" aparecerá inevitablemente y no le agrada el matiz de las preguntas.

"Voy a sonar como disco rayado -porque ya lo he dicho mucho-, pero todo tiene qué ver con el director. Si el director es bueno -y en este caso es Steven, con quien ya he trabajado- no tengo ningún tipo de ansiedad al respecto del resultado final de la película", explica.

Soderbergh y Damon hicieron mancuerna en El Desinformante, en el 2009, y en Contagio, en el 2011.

"El guión es hermoso", añade. "Si se tratara de la relación...

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