Martha Figueroa / Es lo más vistoso del museo

AutorMartha Figueroa

Invitada “personal e intransferiblemente” a una noche de gala en el Museo Nacional de Arte, me preparé a divertirme en grande porque la fiesta prometía: la presentación del nuevo disco de Luis Miguel, México en La Piel.

Desde la entrada, ya había un nerviosismo exótico de fans, público y periodistas por ver al cantante, es más, creo que varias reporteras traían listo el vestido de novia por si el guapo les proponía matrimonio.

El único “personaje” quieto era el Caballito de Tolsá, que lleva ahí como 200 años, los invitados le hicieron poco caso. A mí me hizo meditar profundamente en quién será más famoso en el mundo ¿Luis Miguel o la estatua?

La respuesta fue impactante pero real: la historia de Carlos IV era irrelevante porque todos querían saber de Micky, ¿vendrá vestido de charro?, ¿cómo será su nuevo peinado? (cosa importantísima), ¿habrá tronado con Myrka?

Esas y otras dudas bastante ociosas se despejaron cuando apareció Luis Miguel, el hombre que provoca delirios y aguanta lo que sea, hasta anunciar chocolates carísimos al estilo James Bond.

Desde luego, el protagonista del evento no iba a salir de la nada y decir: “buenas noches, mucho gusto”. No, fue una sorpresa ver a Jacobo Zabludovsky como presentador.

En el Munal, la envidia intergremial adquirió una dimensión muy chistosa. El celo estuvo parejo.

A mí me gustó la elección porque a parte de ser un maestro, Jacobo es encantador y fue de risa verles la cara a los que se sintieron humillados.

Y salió Luis Miguel. Con imagen insuperable, de traje negro...

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