MARKETER / Influencias

AutorHoracio Marchand

Bienvenido a "El Sistema". Ése que te regula, que te dicta costumbres, que te dice cómo vestir, cómo vivir, cuánto trabajar y cuándo retirarte; entre otras cosas.

El sistema se esconde a plena vista pero te engulle hasta el final de tus días, te atrapa y no te suelta. Para el sistema eres, soy, somos, un insumo enfocado a la producción especializada, se alimentará de la fuerza de tu juventud hasta que envejezcas, para luego reemplazarte. Te pedirá que trabajes de lunes a viernes, de 9 am a 7 pm, durante 50 semanas al año y descansarás 2; te retirarás a los 65 años y más vale que te alcance para el retiro.

Apabullados por el sistema, pareciera que las personas traemos perdida nuestra vocación, la buscamos a diestra y siniestra pero nada. Vocatio en latín significa "llamado, voz", pero el bullicio, los roles predeterminados y el acelere urbano nos impiden escucharlo.

La mejor herramienta que tiene el sistema es la ilusión de control que nos proporciona y la supuesta autodeterminación. ¿Somos, nos definen, o nos autodefinimos? ¿Existe el libre albedrío?

Podría decirse que existe el libre albedrío siempre y cuando sea dentro de un marco preestablecido, como si fuera el guión de una película que espera desdoblarse.

Se requiere de audacia y sobre todo de valor para romper con el guión, con la existencia no cuestionada.

Lo primero es reconocer las fuerzas que están sobreimpuestas a nuestra voluntad, de manera consciente o inconsciente. En el mejor de los casos nos influyen, en el peor nos dominan.

Se podría empezar hablando del ambiente de una era, también conocido como Zeitegeist: espíritu (Geist) del tiempo (Zeit), el cual se refiere al clima intelectual y cultural de cierto tiempo.

Por otro lado, Jung hablaba de un inconsciente colectivo. Así como existe el subconsciente personal, existe uno colectivo que se trasmina y se asienta en la sociedad.

También están los arquetipos, que podrían definirse como instintos psíquicos que nos predisponen o condicionan alrededor de las experiencias humanas típicas.

Luego viene el meme; pero no de los que circulan por las...

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