Marisela Moguel/ La vida sigue igual

AutorMarisela Moguel

La pérdida de un ser querido este 27 de diciembre, y el nacimiento de mi quinta nieta el 7 de enero, trajo a mi mente la letra de uno de los primeros éxitos de Julio Iglesias: "Siempre hay por quién vivir y a quién amar. Al final, las obras quedan, la gente se va, otros que vienen la continuarán; la vida sigue igual".

El fin de siglo se llevó a mi entrañable amiga y maestra Socorro Langarica de Bravo. Mujer que dejó un ejemplo de amor a Jalisco; dándose a los demás y siempre encontrando el lado amable a las personas.

Fue pilar para los clubes de oratoria Toastmaster, a los que pertenecía desde hace más de 16 años. Fue socia fundadora del Club Renacimiento, uno de los más reconocidos en la República Mexicana por su alto nivel de oratoria. En él se capacita todos los años la reina de las Fiestas de Octubre y es de los que cuenta con mayor número de socios. Intervino también en la formación de los clubes Toastmaster de San Javier Club Privado, Tlatuani, y últimamente su empeño y cariño estaba cifrado en consolidar al Despierta Iztaccíhuatl.

Todos la llamábamos Socorrito por el cariño que le teníamos y por la ternura que nos brindaba. Nos ayudó a aprender el arte de hablar en público; sus evaluaciones nos motivaban a seguir adelante y con frecuencia sus ojos se llenaban de lágrimas cuando desarrollábamos un tema que tocaba sus células emotivas, lo cual era muy frecuente y nos ayudaba tanto a hombres como a mujeres a no olvidar nuestra sensibilidad.

Pertenecía a la mesa directiva del Círculo de Mujeres para México y por México, A. C. desde hace cinco años y, aunque más de alguno no pueda creerlo, dejó su jugada de los miércoles en la que tenía más de diez años para incorporarse al Círculo, sabedora de que esto le ayudaría a crecer y comprometida para hacer algo por Guadalajara.

Su precaria salud y sus 69 años nunca fueron impedimento para incumplir con las obligaciones que requería su puesto. Recuerdo que hace tres años la intervinieron quirúrgicamente de ambos ojos y más adelante de sus dos rodillas; ya...

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