Mario Velasco Torres/ El futuro del PRI

AutorMario Velasco Torres

Queda claro que la sociedad al ejercer su voto delimita las responsabilidades para los mandatarios, quienes son, por antonomasia, los primeros en obedecer.

En este momento, vale la pena meditar también en el papel que se les asigna a los partidos cuando no son beneficiados por el sufragio. Aquí, igualmente se les designa un desempeño. El cómo afrontarlo es el propio reto de cada uno.

A este respecto ¿los sucesos en el Partido Revolucionario Institucional tienen importancia para el resto de los que no simpatizan con el PRI? Si partimos de la base de que este instituto político es la primera opción frente al futuro, encontraríamos una respuesta afirmativa.

Lo anterior se sostiene por el hecho de que a casi un año de la presente administración, la impericia y los costos que ella implica, han asentado sus reales. Es clara la necesidad de la experiencia gubernamental a la hora de tomar decisiones que afectan a millones de personas, aunque no es suficiente esgrimir esta razón cuando se solicite la preferencia en los comicios federales que vienen.

Nadie parece tener duda de que la transformación del PRI es impostergable para que vuelva a ser favorecido por el electorado, a pesar de que en los recientes resultados de Aguascalientes, Oaxaca y Tabasco los ciudadanos optaron por el partido que nació de la Revolución Mexicana.

Cabe decir que ni esos u otros laureles serán suficientes para dormir. Nunca más. Se tendrá que hacer, una rectificación de errores cometidos a lo largo de 71 años. Hubo aciertos. Demasiados. Pero, de igual modo, afrentas que deben ser reconocidas. No se trata de intentar borrar lo que sucedió, pero sí de impedir que vuelvan a ocurrir acciones que lastimaron a la ciudadanía.

Es prioritaria una alternativa que se distancie de un proyecto de derecha congruente consigo mismo, al tiempo de marcar la diferencia con una izquierda que es inoperante y que se resiste a modernizarse.

El PRI requiere de crear un nuevo centro ideológico, como el que en su momento formó y representó. La coincidencia a este respecto traspasa los debates internos. Analistas se han referido a ese espacio intermedio denominado centrismo, que rechaza las utopías del neoliberalismo y el socialismo. Ni el PAN, ni el PRD pueden lograrlo. Su misma naturaleza les ata.

Actualmente, la discusión dentro del PRI, gira en torno a qué sitio, ubicado entre el centro puro y la centro izquierda, es el idóneo para partir.

Los grupos que aspiran a ocupar la silla de la...

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