Mario Teodoro Ramírez, La filosofía del quiasmo. Introducción al pensamiento de Merleau-Ponty.

AutorRalón de Walton, Graciela
CargoReseña de libro

Mario Teodoro Ramírez, La filosofía del quiasmo. Introducción al pensamiento de Merleau-Ponty, México, Fondo de Cultura Económica, 2013, 248 pp.

La propuesta de interpretación desde la cual Mario Teodoro Ramírez lee la obra de Maurice Merleau-Ponty se basa en el quiasmo, con el cual el autor no pretende realizar una mera sistematización de la obra del fenomenólogo francés, sino captar la modalidad específica de una práctica filosófica. La figura del quiasmo ofrece la herramienta a partir de la cual, según Ramírez, Merleau-Ponty efectúa la acción de pensar y permite dar cuenta de la unidad y del sentido de la obra.

Para ello, el autor comienza por distinguir dos conceptos filosóficos centrales para su interpretación: dualismo y dualidad. Mientras que el dualismo es un pensamiento dicotómico que concibe la dualidad en términos de oposición sustancial o de exclusión inmóvil, la dualidad es inherente a la experiencia y exige un modo de pensamiento acorde con lo que nos es dado en ella. Alma/cuerpo, materia/espíritu, percepción/pensamiento, percepción/lenguaje, experiencia/ razón son ejemplos de la experiencia dual que exige pensarse a partir de "la relación como tal, lo que hay entre: la realidad de este ser intermedio, la figura y el sentido de la mediación". Se trata, pues, de pensar la conjunción entre alma y cuerpo o entre experiencia y sentido en cuanto tal, esto es, "el ser de la dualidad".

El esquema del quiasmo permite pensar la dualidad sin disolverla porque establece entre sus términos relaciones de entrecruzamiento, reciprocidad, complementariedad, sobreposición, encabalgamiento, reversibilidad y mutua referencia.

Según el autor, la filosofía de Merleau-Ponty puede considerarse una lógica de las relaciones quiasmáticas que se contrapone a una lógica de las relaciones dicotómicas o dualistas. Al contrario de los esquemas dicotómicos, que conciben las relaciones en términos de exclusión, exterioridad y causalidad mecánica y lineal, el esquema del quiasmo permite pensar la dualidad como una unidad en proceso, en devenir. En palabras del autor, "pensar la dualidad como tal significa que ella no puede ser pensada ni en función de los elementos que la componen (dualismo metafísico) ni tampoco en función de una unidad trascendente que aparece como anterior al desdoblamiento (monismo teológico o metafísico) o como resultado de una reunificación postrera y extrínseca (monismo dialéctico)".

El análisis de la obra considera la experiencia perceptiva, que implica la relación entre el sujeto y el mundo, como el modelo fundamental de la relación quiasmática. El quiasmo ontológico y el quiasmo semiótico constituyen los dos niveles centrales de esta filosofía. Finalmente, situación y libertad, moral y política, arte y filosofía se presentan como ejemplos o realizaciones vivas de la idea del quiasmo. Resulta interesante señalar que en cada una de estas figuras aparecen múltiples matices que contribuyen a enriquecer la figura del quiasmo en sus diferentes vertientes.

Señalaremos algunos aspectos relevantes de estas relaciones quiasmáticas. Ramírez considera que la manifestación fundamental de una relación quiasmática es la experiencia perceptiva, a la que caracteriza como "problemática, contradictoria y paradójica". La percepción mira hacia el sujeto y hacia el mundo comprendiéndolos a ambos. A través de ella se hace visible el quiasmo entre privacidad y apertura propio del encuentro originario entre el sujeto y su mundo. Según Merleau-Ponty, la dupla privacidad/apertura no se contradice, sino que ambos caracteres se requieren mutuamente. La privacidad asegura que el acceso a las cosas sea efectivo y hace patente que las cosas están fuera de mí. En otras palabras, el acceso al mundo tiene lugar desde la posición de un sujeto singular situado corporalmente, lo cual pone de manifiesto que nuestro acceso a las cosas se hace desde un determinado punto de vista pero la aprehensión de las mismas no se agota en la visión del sujeto porque ellas ofrecen otras caras y otros perfiles. Así, Ramírez enfatiza que privacidad y apertura no son dos procesos contradictorios, ya que no se trata de elegir entre uno de los dos polos. El acceso al Ser no es puro y absoluto, debe pasar por este angostamiento del mundo, que es mi posición corporal y singular. Sin embargo, esto no significa una limitación porque la desaparición de todo punto de vista o perspectiva haría desaparecer las cosas a las que tenemos acceso. Por el contrario, se debe ahondar en...

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