Mario Anteo / Farándula

AutorMario Anteo

Cómo llamar a la gente que acapara las noticias del espectáculo y el esparcimiento, amontona fotógrafos y periodistas en los aeropuertos, cobra un dineral por realizar su trabajo, y hace lo imposible por conservar una figura joven y bella.

No encuentro un término adecuado. "Luminaria" me parece una denominación poco ilustrativa, "socialité" un galicismo impreciso, "artista" una exageración, "estrella" una desafortunada metáfora, y "personaje" un desatino.

En fin, y aunque suena un tanto vulgar, opto por "farandulero", derivado de "farándula", que la Real Academia de la Lengua define como: "Mundillo de la vida nocturna formado por figuras de los negocios, el deporte, la política y el espectáculo", si bien anoto que la vida social del farandulero actual no necesariamente es nocturna.

De entrada diré que pertenezco al cuantioso grupo de quienes sucumben a la tentación del chisme y el cotilleo acerca de estos individuos que acaparan las cámaras de la tele y un sinfín de tabloides y revistas colmadas de gente sexy.

Sí, poseo una frívola información que ofende y avergüenza a mi intelecto. Me acuso de saber muchas tonterías, algunas morbosas, otras cándidas, respecto al mundo del espectáculo.

Me refiero a la farándula local, pues de la nacional apenas sé que una dama de apellido Montoya maquiavélicamente propició un escándalo sexual para promocionar un disco, sé que el conductor Fabián Lavalle se careó al fin con su supuesto agresor, y sé que el comediante Adal Ramones trabajará para Sony Entertainment.

Lo mismo digo de la farándula internacional, la que desconozco, si bien es imposible ignorar los líos legales de Britney Spears, el encarcelamiento de Paris Hilton y el alcoholismo de Lindsay Lohan. Increíble el "raiting" de noticias tales. ¡Un video de cinco segundos, sin audio y donde Britney aparece a la distancia y desenfocada, ha sido visto 29,923,856 veces en YouTube!

Y, bueno, en el pasado también fue imposible sustraernos a la "novela" de Lady Diana, la que, con su desafortunado final, dio la vuelta al mundo, así como nuestros padres, supongo, supieron del matrimonio de la plebeya Grace Kelly y el príncipe Rainiero, y escucharon el "Happy birthday, Mr. President" que Marilyn Monroe cantó a John F. Kennedy.

Me avergüenza decirlo, pero tal es la verdad: supe de la pelea de Maciel y Konan Big en la arena Solidaridad; he visto el baile del "gallinazo" de Mario Bezares; lamento que Laura G. partiera al extranjero; me enternece Sibidibidí...

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