Entrevista / Mariano Azuela Güitrón y Genaro Góngora Pimentel / Arranca relevo en la Corte

AutorVíctor Fuentes

MÉXICO.- Ambos ex presidentes de la Suprema Corte de Justicia, nacidos en la década de los 30, de baja estatura pero gran retórica. Uno, encasillado como católico conservador; el otro, como martinete de la izquierda. Mariano Azuela Güitrón y Genaro Góngora Pimentel son dos caras de la misma moneda.

Su salida será un relevo generacional, pues por primera vez en el máximo tribunal serán mayoría los integrantes nombrados a partir de 2003 sobre los que llegaron con la reforma judicial de 1994-1995.

Góngora, presidente de 1999 a 2003, apoyó a Azuela para la presidencia en el máximo tribunal, pero al poco tiempo se distanciaron. En entrevista, sus diferencias son obvias.

Azuela ve maduros a los tribunales estatales; Góngora dice que los controlan los gobernadores. Azuela implora por suprimir la facultad de la Corte para investigar violaciones de garantías; Góngora quiere que se mantenga.

Azuela se abstiene de opinar sobre juicios orales porque no es penalista; Góngora tampoco es penalista, y aunque le gustaría que esa reforma funcione, sus comentarios evidencian su escepticismo. El primero propone cambiar el método para nombrar ministros e insinúa que, dentro del personal de la Corte, está su reemplazo ideal; el segundo, se niega a proponer reformas al Poder Judicial, "para no autoincriminarme".

Azuela se despidió el 4 de noviembre con un largo discurso más filosófico que jurídico; Góngora no quiere hacer discursos cuando lo despidan el 30 de noviembre, pero sí quiere que le alcance el tiempo para darle un último revés al Ejecutivo, en la controversia de la Cámara de Diputados contra el Reglamento de la SCT.

Sólo hay dos coincidencias: que la enseñanza del derecho en México debe ser más práctica y menos teórica, y que ninguno aprovechará sus amplias redes en el Poder Judicial para litigar desde el retiro, como han hecho muchos de sus colegas.

Entrevista/Genaro Góngora Pimentel

'Sí, me voy contento'

MÉXICO.- ¿Cuál es la principal diferencia entre la Corte de 1995 y la que ahora deja?

Teníamos a Vicente Aguinaco, Juventino Castro y Humberto Román Palacios, los tres formidables ministros. Creo que la Corte que llegó entonces tenía una idea muy sólida de que debían cambiar las cosas, no estábamos conformes con muchas cosas de la integración anterior y pensábamos ser diferentes.

La decisión de integrar una nueva Corte dejó a muchos de los anteriores ministros muy descontentos, algunos siguen con un rencor muy grande.

¿La Corte se volvió protagónica, o ya era y los medios no la habían descubierto?

La Corte era una Corte acotada, no quería meterse en problemas. En alguna ocasión cuando jueces y magistrados fuimos a la oficina de un presidente de la Corte que se iba, le oí decir: 'miren, cada vez que la Suprema Corte se mete en temas políticos, se cubre de mierda'.

Ahora...

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