María Antonieta, fashionista por excelencia
| Autor | Irela Garza |
Lo que las soberanas visten, impacta: ¿Quién puede olvidar la inmensa cauda del vestido de novia de Lady Diana?, ¿cómo negar el fenómeno causado por el traje de chaqueta y pantalón blanco que vestía Leticia Ortiz, hoy Princesa de Asturias, el día de la petición de mano?, ¿y qué decir de la exquisita y puntual elegancia de la Reina Rania de Jordania?
Las mujeres pertenecientes a la nobleza, con su halo de glamour y "savoir faire", suelen acaparar los reflectores. No es novedad, no lo ha sido nunca.
Ya en el Siglo 18, una reina volvió hacia ella todas las miradas. Era joven, bella y provocadora... era María Antonieta. El personaje que escandalizó a Francia y que siglos después sigue causando controversia.
Hoy, María Antonieta vuelve a escena: está en la más reciente película de Sofia Coppola, en las pasarelas de la moda y en las páginas de libro escrito por Caroline Weber titulado Queen of Fashion. What Marie Antoinette Wore to the Revolution. (Henry Holt & Company, USA, 2006, 448 pp.), una obra que ofrece una visión fresca y original sobre la polémica soberana y los códigos de su exuberante vestimenta.
Rebelde: Sí
Cuando María Antonieta llega a Francia para casarse con el Delfín Luis XVI, perteneciente a la dinastía de los Borbón, tenía tan sólo 14 años.
La autora explica de qué manera la joven, criada en Viena sin mayores ocupaciones que jugar y tocar el clavecín, se topa con las intrigas y las anquilosadas costumbres de la corte de Versalles y comienza a rebelarse utilizando la ropa como forma de expresión.
De entrada dijo no a aquellos terribles corsés, fabricados con huesos de ballena, que lograban estilizar la figura... y, de paso, desplazaban los órganos internos. También se negó a usar los aros metálicos, utilizados para dar cuerpo a los vestidos, y que llegaban a medir casi 4 metros de longitud. Muy pronto se dio cuenta de que su imagen era un lenguaje y aprendió a sacarle provecho.
Uno de los primeros usos fue la distracción. Como reina, se esperaba que María Antonieta procreara al heredero al trono de Francia, pero en ese renglón había problemas. La pareja real esperó siete años para consumar el matrimonio.
De acuerdo con lo referido por Caroline Weber, dos eran las causas: la primera, conocida por todos, era la timidez extrema del rey; la segunda, rumor a voces, atribuía a Luis XVI algún tipo de malformación genital.
Entre la verdad y la mentira, María Antonieta se liberó de la...
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