Al Margen / ¿Dónde está el corazón?

AutorLuis Eduardo Villarreal Ríos

A la pregunta que titula este artículo la medicina responde: "en la cavidad torácica"; mientras, el evangelio de Mateo dice: "ahí donde está tu tesoro".

En este segundo sentido, los países ricos tienen puesto el corazón en el bienestar, en el buen vivir, gracias a que han conseguido un alto grado de desarrollo, aunque existan en ellos bolsas de pobreza indignante.

Este grado de confort material no quieren perderlo ni rebajarlo por nada del mundo. Es algo intocable. A sus ciudadanos les parece normal, sienten que sus países están poseídos por un "destino manifiesto": vivir bien.

Los países del "buen vivir", Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Canadá, Italia y Rusia, el G-8, representan el 12 por ciento de la población mundial y poseen el 60 por ciento de la riqueza.

Controlan el FMI, el Banco Mundial y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Imponen reglas y decisiones con desastrosas consecuencias para la gran mayoría de la población mundial.

Pero son países cuyos gobiernos tienen miedo, y éste va en aumento. Tienen miedo a los manifestantes, a los inmigrantes, al terrorismo. Documentemos estos horrores para los países del Primer Mundo.

En los últimos años, las cumbres ministeriales, financieras, de desarrollo, del G-8 y demás son acompañadas de protestas y manifestaciones por grupos que el ex presidente Ernesto Zedillo calificó de globalifóbicos.

Recordemos lo que sucedió hace algunos años en Evian, Suiza. Las autoridades solicitaron la presencia de mil policías alemanes para reforzar al contingente suizo de 12 mil hombres.

Desde la Segunda Guerra Mundial, éste es el mayor despliegue militar y policial que ha habido en Suiza. Del lado francés, se movilizarían 18 mil efectivos que pondrían en marcha un gran operativo.

El despliegue incluyó de 50 a 70 helicópteros, 50 aviones, zonas de exclusión, reforzamiento de los controles fronterizos. En total, 30 mil efectivos. En la realidad, casi uno por cada tres manifestantes.

El miedo a los inmigrantes es patente y patético desde...

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