Al Margen / Urge una mayor solidaridad

AutorLuis Eduardo Villarreal Ríos

La humanidad acaba de cumplir 58 años del horror de Hiroshima y Nagasaki. Evento de gran barbarie porque tan sólo una decisión extrema segó la vida de decenas de miles de seres humanos sobre el planeta.

Pero la barbarie tiene también otra causa: la solidaridad escasea sin límite. Baste pensar que 1 mil 400 millones de personas viven con menos de un dólar al día, dos tercios de los cuales son niños y jóvenes menores de 15 años.

Pero ¿quién piensa en ellos? Los países hiperdesarrollados participan en programas de ayuda, y destinan menos del 1 por ciento de su riqueza en combatir el hambre; y ¿qué es esto frente a carencias tan ingentes?

Para enfrentar dicha desatención, más que un llamado a la conciencia, se vuelve impostergable una exigencia ética global. Esto es, que todos los países del mundo desarrollado despierten a la solidaridad.

Hace falta volver intolerable la deshumanización e impedir que el consumismo voraz siga fincando una sociedad individualista y grosera con todos los que se han quedado en el camino del desarrollo.

Todos los seres humanos traemos inscrito el código de la solidaridad. Somos, por nuestra misma naturaleza, seres interdependientes. Habitamos la misma aldea global, poseemos una condición y un destino comunes.

No hay científico que ponga en tela de duda el que todo el universo esté marcado por la ley de la solidaridad y la coadyuvancia de todo y todos. En todas las latitudes y en cualquier época de la historia surge el mismo dato: la tendencia comunitaria y solidaria.

Según Teinhard de Chardin, la solidaridad se encuentra en la raíz del proceso de hominización. Cuando nuestros antepasados homínidos salían a buscar alimento, no lo consumían de manera individual, lo traían al grupo para repartirlo solidariamente.

La misma Ley de la Selección Natural, de Darwin, formulada a partir de los organismos vivos, debe ser pensada al interior de esta ley mayor. Además, los seres luchan no sólo para sobrevivir, sino para realizar plenamente las...

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