Margarita Ríos-Farjat / Afinidades electivas

AutorMargarita Ríos-Farjat

Se le criticó a Jaime Rodríguez que utilizara un avión del empresario Fernando Maiz para trasladarse a Colombia, y se condenó a ambas personas por exhibir su amistad.

Para algunos no fue prudente esa exhibición de camaradería porque invita a reflexionar qué pasará cuando Rodríguez tenga necesidad de viajar y no haya recursos ni para un boleto de autobús (a como se están viendo las cosas), ¿cómo pagará esos favores? Para otros, se están exagerando las cosas: los personajes son amigos, y eso no va a cambiar porque le preste o no el avión.

Abundan las crónicas del hecho, aquí nos centramos en la reflexión de que es necesario regular los alcances de las amistades para que no se malinterpreten en la esfera pública y que la sociedad de todos modos saque el mejor provecho de esas relaciones.

Partamos de que una cosa es amistad y otra la complicidad convenenciera. La amistad genuina no espera ni pide del amigo algo que vaya más allá del afecto. La segunda es la más abundante y aparece desde que nos enteramos de que el compadre fue nombrado proveedor de bolígrafos del Gobierno, y estamos esperando el modo de beneficiarnos creando preferencias indebidas.

El problema es que la evidencia empírica que en estos días se recaba de la Administración federal es que bajo el concepto de "amistad" se aprecian beneficios indebidos por doquier, un exceso de "generosidad" para con los amigos. Claro, un Estado tampoco se arruina por amistades, porque el Gobierno local carece de éstas, pero se indigestó de generosidad para consigo mismo.

Es ingenuo partir de que toda relación entre influyentes es amistad, pero también lo es pretender que siempre son relaciones retorcidas y convenencieras. La afinidad existe.

En 1809 Johann Wolfgang von Goethe publicó una novela que llamó "Las Afinidades Electivas", que mostraba cómo las relaciones afectivas están teñidas por lo que ahora llamamos comúnmente "química".

Goethe estaba muy al tanto de la nueva forma de pensar en la química moderna: que entre los elementos existía una afinidad que provocaba que se formaran ciertos compuestos y reacciones, y que al cambiar un elemento, cambiaba el resultado.

Los físicos, en parte desde Isaac Newton, lo consideraban magnetismo, los químicos, afinidades electivas (el título de la novela no es ocurrencia de Goethe, lo tomó prestado de los científicos del siglo 19).

El autor alemán, seducido por la idea, se dedicó a demostrar que lo que sucedía con los elementos químicos también pasaba con...

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