Una marea que empuja

AutorRoberto Zamarripa

La plaza hierve con un sol que cala y una multitud agitada. José Ramón Cossío, de 62 años, el ex Ministro de la Corte se coloca frente al micrófono y su sola presencia aquieta. Baja la vista, mira sus párrafos y alza de nuevo la mirada para atisbar la plaza rosa que escucha en silencio.

Traza un discurso como si hablara ante alumnos del ITAM. No hay énfasis de mitin. "Si los procesos electorales no se realizan debidamente, una persona puede asumir, puede creer que su proyecto de Gobierno puede sernos impuesto sin importar lo que pensemos", dice con un ojo a la hoja y otro a la plaza.

Con su nudillo derecho alza los anteojos para que no resbalen sobre su nariz. Explica lo que denomina el eufemismo del "Plan B" a esa congregación que rechaza la iniciativa gubernamental aprobada por el Congreso y que deberá juzgar la Corte.

Su disertación parece monótona pero es punzante. "Desconocer el papel de la justicia, tal como lo prevé la Constitución y argumentar la mera prevalencia de la política, de un proyecto político, de un hombre que considera que su proyecto político nos puede ser impuesto a todos, implica ponerse fuera del orden jurídico que sustenta el propio cargo que ahora ocupa. Así de simple, así de claro".

No lo dice a gritos ni exaltado. Y la multitud recibe el mensaje sin aplaudir, con el esfuerzo de digerir el dardo.

La marea empuja. El orador ha dicho con suavidad el concepto de mayor dureza. Ha dicho quedito algo fuerte: el "Plan B" pone al Presidente de la República en la ilegalidad.

La concentración en el Zócalo tiene justo ese tono más allá de la defensa del INE, del voto, de la democracia o cualquiera de las consignas que se lanzan. Es una manifestación inequívocamente antipresidencial, antiAMLO. Manifestantes pasean sus cartulinas: "¡AMLO vete ya!".

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La marea desborda. Desde temprano decenas de personas arriban al Zócalo para tomar su lugar. El goteo es incesante. Los restaurantes del Centro Histórico están atiborrados. Por Madero, por 5 de Mayo, por 16 de septiembre, por 20 de noviembre, acuden con blusas rosas o camisas blancas, con sus mascotas, muchos en bicicleta que luego cargan porque no pueden andar entre la multitud. Familias completas, vecinos, amigos.

A las 10 de la mañana el Zócalo está prácticamente lleno. Hay algunos huecos en la zona cercana a la Catedral o enfrente de los portales donde están las joyerías. Puede cruzarse la plancha entre el gentío que no se apretuja. Fernando Belauzarán, el ex líder ceuísta...

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