Marcelo Bergman / Lecciones de un Rescate Fallido

AutorMarcelo Bergman

Una verdadera tragedia. Murieron una mujer secuestrada y dos valientes agentes de seguridad. El secuestro de Yolanda Cevallos Coppel terminó de la peor manera. Seguramente no hay consuelo para las familias. En este momento debemos ser solidarios y justos. Acompañar a los deudos en su dolor, y agradecer a aquellos que pusieron su vida en juego para combatir la delincuencia. Esta debe ser nuestra actitud responsable: respeto y agradecimiento.

Las tragedias no tienen en forma directa un responsable doloso. Un avión que se cae o un accidente pueden ocasionar daños terribles aunque no existe premeditación. Por eso hablamos de algo trágico en el sentido que no hay responsabilidades aparentes. Evidentemente sí hubo dolo en este secuestro ya que el secuestrador mató a los tres y luego se quitó su propia vida, pero la tragedia es la que padecieron las víctimas.

Lo peor que podemos hacer ahora es politizar este hecho. Las autoridades actuaron en forma rápida y sin concesiones. El resultado trágico nos indica que la procuraduría reaccionó sin atenuantes. Podrá decirse que actuó mal, que envió a sus agentes sin la suficiente información o desprotegidos, o que la logística de la operación no estuvo bien planificada. Tal vez haya habido errores, pero hay algo indiscutible: hubo una decisión política de actuar. Esto es lo que esperamos los ciudadanos comunes. Que no haya ni tranzas, ni complicidades, ni desidia.

También queremos policías y procuradurías eficaces y profesionales. Pero esto también lo quieren las autoridades. Nadie, en su sano juicio, hubiese anticipado este desenlace. Es muy poco común que un delincuente profesional (como parece ser el caso) se suicide. Es verdad que arriesgan su vida, pero lo que más buscan es obtener un mayor bienestar con las rentas obtenidas de los delitos. Es muy poco común que alguien decida suicidarse. Sin embargo, este delincuente no le temió a su propia muerte, y frente a esta deliberada predisposición a morir es extremadamente difícil combatir. Por ejemplo, los radicales jóvenes musulmanes que se inmolan cargados con...

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