Marcan protestas fin de campañas
| Autor | Alejandro Pairone |
REFORMA / Argentina
La indiscriminada represión policial desatada el lunes contra trabajadores, desocupados y militantes de izquierda marcó un pico de tensión en el proceso electoral argentino, cuya etapa final aparece atravesada por la protesta social y sindical, y obliga a los candidatos presidenciales a tomar posición por un tema que no estaba en sus planes.
Las 48 horas que restan para el cierre de las campañas, mañana a la medianoche, estarán marcadas por manifestaciones, cortes de rutas y bloqueos de accesos a las principales ciudades del país en el marco de una "jornada nacional de protesta" que pondrán en marcha las organizaciones de piqueteros (desempleados).
La medida se hará sentir en Buenos Aires, donde los piqueteros anunciaron que bloquearán las autopistas de acceso a la ciudad, ya no sólo en reclamo de asistencia alimentaria y subsidios al desempleo, sino también en repudio por la represión policial del lunes por la tarde.
La situación se ve agravada por la protesta en las calles porteñas de un millar de trabajadores de la compañía aérea de cabotaje LAPA, la segunda en importancia, que ayer dejó de operar y está al borde de la quiebra.
La sensación de caos en Buenos Aires se ve potenciada por un plan de repavimentación de decenas de calles y avenidas, que sumadas a las protestas convierten a la ciudad en un infierno intransitable.
También hubo ayer represión de manifestaciones en las norteñas provincias de Jujuy y Salta, donde empleados públicos fueron golpeados por la Policía estatal cuando reclamaban el pago de dos meses de salarios impagos.
Para muchos observadores resultó llamativa la dureza de la represión del lunes, ya que un ataque policial de tal magnitud no se producía desde el 26 de junio de 2002, cuando dos piqueteros, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, fueron asesinados en una manifestación en Avellaneda, en la periferia sur de Buenos Aires.
Los homicidios conmocionaron a la sociedad argentina y jaquearon al Gobierno del Presidente Eduardo Duhalde, quien cinco días más tarde logró salir de la encrucijada anticipando la convocatoria a estas elecciones, que se realizarán el domingo.
El proceso electoral quedó, así, vinculado a la represión social tanto en su génesis como en su epílogo.
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