Marca Vela su huella

AutorSilvia Isabel Gámez

En la entrada de la Dirección General de Música de la UNAM, los integrantes de la orquesta han improvisado un periódico mural donde siguen la crisis que atraviesa la gestión de su antiguo titular, el presidente del Conaculta, Sergio Vela. La broma recurrente es: "No nos lo vayan a regresar...".

Vela dejó entre los músicos de la OFUNAM una estela de funcionario distante, caprichoso y poco eficaz para resolver sus demandas. Durante su periodo en la Universidad, de 2001 a 2006, se acostumbraron a saludarlo brevemente en los pasillos, a sus ausencias por "comisiones" y montajes, y a verlo sentado en los conciertos leyendo las partituras al tiempo que marcaba los compases.

Thalía Pinete, violista con 15 años en la orquesta y actual delegada sindical, lamenta que para dotarse de oficinas en la Sala Nezahualcóyotl, Vela optara por desmantelar la cafetería del recinto. Hoy, el espacio está convertido en un "muladar", tras mudarse el equipo a un edificio anexo.

Pero lo que más le reclaman los músicos es haber hecho una programación a la medida de su gusto, sin respetar los criterios de quien fue director artístico de la OFUNAM de 2002 a 2006, el chino Zuohuang Chen. "Lo tenía muy sobajado", afirma Pinete.

Marivés Villalobos, representante de Chen en México, asegura que Vela siempre lo vio como un empleado. "Nunca lo respetó".

"El punto más conflictivo del contrato decía que, en caso de desacuerdo entre el director artístico (Chen) y el director de Música (Vela), éste tendría la última palabra. Había otros engaños, como que de haber una huelga en la UNAM, Chen dejaría de percibir sus ingresos".

Solucionados estos puntos, Vela impuso la programación que quería, afirma, sin tener nunca un enfrentamiento con el ex director de la Sinfónica Nacional de China, quien acabó por concentrarse sólo en sus conciertos.

"Sergio tiene mucha mano izquierda. Te puede mentar la madre, pero cuando te vuelva a ver te llamará 'querida'", dice Villalobos, quien en 2001 trabajó cuatro meses a su lado, al frente de la Unidad de Proyectos Especiales.

Vela concibió a la OFUNAM como una orquesta experimental, donde no cabía la música más popular, lo que provocó una pérdida de público.

Pinete asegura que, dado que no había audiciones y en la comisión artística sólo valían sus propuestas, Vela invitaba a amigos como José Areán y Guido Maria Guida.

Los números confirman que su programación no cuajó. Según cifras de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, en 2006...

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