Marca Pemex

Fecha de publicación14 Febrero 2019
AutorAlbertoAguirre

La transformación de Force India a Racing Point trajo pocas sorpresas. En el chasis del monoplaza que conducirán Sergio Pérez, Checo, y Lance Stroll en la temporada 2019 de la Fórmula 1 todavía aparecen Claro y Telmex, las dos marcas de Carlos Slim, el principal patrocinador del piloto tapatío.

Del espejo retrovisor, de los overoles de los conductores y de la vestimenta de los mecánicos del equipo —que mudó a Toronto su cuartel general— salió el logotipo de Petróleos Mexicanos luego de un año. La nueva directiva de la empresa, a cargo de Octavio Romero Oropeza, decidió cancelar el contrato firmado por su antecesor, Carlos Alberto Treviño, que buscaba reposicionar la marca de la empresa mexicana más importante.

Justo cuando se supo que Pemex dejará la F1, por la austeridad republicana, apareció un adendum en el logo de la empresa: “Por el rescate de la soberanía” es la leyenda que se lee en la parte inferior de la imagen, estrenada en las redes sociales el pasado miércoles 13.

La guerra contra los huachicoleros es ahora la leivmotif de la comunicación gubernamental. La primera gran campaña pautada por la administración morenista en los medios sirvió para justificar la decisión de cerrar los ductos y evitar las compras de pánico que paralizaron a las estaciones de servicio, hace dos meses.

Lejana, la época en que la directiva de Pemex quiso contribuir a mejorar la imagen del país y reposicionar la marca de la petrolera. Desde el sexenio calderonista, en apoyo de estas tareas, se contrató a Ogilvy Public Relations Worldwide Inc.

“Tenemos la energía”, fue la rúbrica colocada hace cuatro —por recomendación de los asesores externos— al pie del logotipo del águila que distingue a Pemex. La reforma constitucional permitió a la iniciativa privada, nacional y extranjera, a invertir en la exploración y explotación de los yacimientos de hidrocarburos. Y a través de una profunda reingeniería, la paraestatal enfilaba a convertirse en una empresa productiva del Estado mexicano, bajo la conducción de Emilio Lozoya.

Entonces, al The Financial Times resultaba tan complicado vender una nueva imagen para Pemex como la comercialización de Marmite, un extracto de levadura de color alquitrán, que era amado y odiado por igual en el Reino Unido.

Lozoya había autorizado el relanzamiento de la marca, bajo un plan gradual elaborado por Ogilvy. La primera fase consistiría en “incrementar el valor de la Franquicia Pemex”, con una nueva imagen moderna, fuerte y...

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