Marca el paso a los famosos

AutorGabriel Garza

El taxi se desplazaba por la ciudad de Monterrey ambientado por la música a todo volumen de M.C. Hammer y Vanilla Ice; para Carlos Daniel Mendoza el rap y el hip hop eran lo máximo.

A sus 18 años de edad combinaba su trabajo en el taxi de su padre, durante el día, para apoyar la economía familiar, con sus estudios de licenciatura en química industrial, por las noches.

Tenía responsabilidad de sacar buenas calificaciones y también dar un buen servicio a sus clientes, pero lo que realmente le apasionaba era reunirse con sus amigos, después de la escuela, para ensayar piruetas y los pasos de rap y break-dance del momento.

Aquel día, mientras conducía e ideaba mentalmente los pasos de baile para presumir a sus amigos, su rutina se rompió cuando un pasajero se convirtió en su ángel de la guarda.

"Nos pusimos a hablar de mi carrera y yo le sacaba puros peros a mis estudios. Me dijo: '¿tú trabajarías en tu profesión aunque no te pagaran?', se refería a que si estaría dispuesto a trabajar gratis.

"Yo le dije: 'nombre, si quiero que me den un buen billete'. Entonces me dijo: 'ya ves, eso no es lo que quieres hacer", dice Mendoza quien en ese momento descubrió que lo único que estaría dispuesto a hacer sin cobrar era bailar.

Eso decidió la carrera a Charly, como conocen a este joven de la Colonia Unidad Modelo y que ahora trabaja como coreógrafo profesional de artistas como Chayanne, Shakira, Jon Secada y Fey.

Su pasión por el baile casi nació con él y para los 11 años bailaba en su barrio acompañado del grupo que formó y al que pertenecían también Cano y Tony Hernández, integrantes de El Gran Silencio.

"Tony era muy bueno bailando el break dance", recuerda.

En 1994, luego de una audición en la Ciudad, Charly fue elegido para formar parte del cuerpo de baile de Paulina Rubio; ese fue el primer empleo del coreógrafo en la Ciudad de México, donde decidió "anclar" su barco, desde hace 7 años.

En busca de un sueño dejó familia, trabajo, escuela, amigos y novia, para lanzarse a la aventura, muchas veces difícil, de probar suerte en la ciudad más grande del mundo.

Junto con cuatro amigos rentó un departamento de una sola recámara en la colonia Tacubaya; fue esa la época donde su odisea se complicó y tuvo problemas para sobrevivir.

"De repente me quedaba sin dinero y llegué a pedir boletos del metro...'me presta un peso para mi pesero' y así"', platica entre risas, "había días que no tenía que comer, pero bueno, yo estaba contento porque estaba haciendo lo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR