Marca 1913 a la fotografía mexicana

AutorJorge Ricardo

La Decena Trágica no sólo fue la sublevación del 9 al 18 de febrero de 1913 con que se derrocó a Francisco I. Madero. También fue cuando los fotógrafos mexicanos, acostumbrados a los estudios, se lanzaron a la calle.

Algunos salieron con sus cámaras. Otros, como Hugo Brehme, un alemán avecindado en México desde 1905, había salido sin su cámara y ya no pudo fotografiar la refriega que se concentraba en La Ciudadela. "Se puso fotografiar después de los balazos", dice la investigadora del INAH Rebeca Monroy.

Pero tanto Brehme como otros 80 fotógrafos marcaron una ruptura en la anterior fotografía rígida porfirista caracterizada por tomas en estudios, posadas, serias, sin movimiento. "Fue un caso en que la realidad se impuso a la tradición", dice Monroy. En su opinión este choque significó el inicio de un nuevo tipo de fotografía en todo el mundo.

"Aquí vemos tomas entrecortadas, en picada, de gente en acción y todo esto es muy novedoso porque aún no se da la primera Primera Guerra Mundial, no hay adelantos tecnológicos y en México se está trabajando esta modernidad fotográfica antecediendo a la fotografía europea y norteamericana", dice la investigadora.

En ninguna otra batalla de la Revolución hubo tantos fotógrafos mexicanos, afirma Rebeca Monroy, especialista en fotografía histórica. No sólo porque ocurrió en la Ciudad de México, sino porque era un periodo de auge de la fotografía: en 1911 se había fundado la Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa y se montó la primera Exposición de Arte Fotográfico.

La caída de Madero, el primer Presidente mexicano electo democráticamente, concentró la atención de los historiadores. Ha sido hasta ahora, 100 años después, cuando...

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