Maravilhosa despedida

AutorAdrián Basilio

ENVIADO

RÍO DE JANEIRO.- Los escenarios de competencia nunca se llenaron y durante su desarrollo hubo problemas de organización, pero Río clausuró ayer sus Juegos Olímpicos con una fiesta colorida y musical.

En una noche en que, literalmente, lloró, Río puso el ambiente con su folclor, pese al frío, viento y lluvia, mientras Tokio, la siguiente anfitriona de la Familia Olímpica en 2020, aportó los toques de tecnología para hacer vibrar al mítico Maracaná, el cual tampoco copó sus gradas, además de que los organizadores no se preocuparon por ocupar los lugares detrás del presidium.

El alcalde de Río, Eduardo Paes, abucheado, pasó la estafeta olímpica a la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, a través del presidente del COI, Thomas Bach.

Con ritmo, la "Cidade Maravilhosa" terminó la responsabilidad como organizadora de una cita veraniega

y se la cedió a la capital nipona, que se apoyó en sus avances tecnológicos y de animación en su performance de bienvenida, denominado Segmento Amor al Deporte Tokio 2020.

Embajadores sacados de los videojuegos y la cultura del anime japonesa, encabezados por Super Mario Bros, encarnado por el Primer Ministro de Japón, Shinzo Abe, Pac-Man y Hello Kitty conectaron a Tokio y Río como ciudades olímpicas.

María del Rosario Espinoza desfiló por México en la despedida de las delegaciones. No podía ser otra deportista más que ella quien recibiera esa distinción, al ser la única tricolor con tres medallas olímpicas en la historia.

Rusia tuvo un momento protagónico en la clausura, a través de Yelena Isinbayeva, quien junto con otros tres deportistas electos por sus compañeros para la Comisión de...

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