Manuel López / Las cinco 'C'

AutorManuel López

Confianza, congruencia, capacidad, conocimiento y colaboradores. Así, con las cinco "C", habrá que evaluar a Roberto Madrazo, a Andrés Manuel López Obrador y a Felipe Calderón, para elegir al mejor, o en todo caso, al menos peor.

Roberto Madrazo. No eres el más confiable. Pactas con quien se deje para después traicionarlo (si no pregúntenle a Elba Esther), eres un candidato que no ve más allá de sus propios intereses. Un día dices sí a las reformas estructurales y al otro te desdices. Declaras, después de una larga espera, tener 29 millones de pesos en patrimonio (se aceptan risas), que incluyen cuatro casas, cinco departamentos, un Porsche, joyas, obras de arte, etcétera, etcétera... ¿Y tú confías en Madrazo? Yo tampoco.

Congruente sí eres, Roberto. Honesto no. Siempre dando problemas. ¿Te acuerdas cuando eras gobernador? Puros problemas. Desde antes de llegar te pasaste del tope de campaña. Te peleaste con el entonces presidente Zedillo y no hubo poder humano que te moviera del gobierno estatal. Y luego a dar lata en la precampaña de tu partido en el 2000, donde dijiste ir contra el dedazo, representado en ese entonces por Francisco Labastida. Hoy ese dedazo eres tú.

Dudo que tengas "los tamaños" (como tú dices) para gobernar al país. Has tenido la oportunidad de mostrar tu talento y no lo has hecho. El conocimiento puedes poseerlo, pero ¡hay que usarlo! De nada sirve saber si no se aplica lo aprendido.

Quienes colaboran en tu campaña no tienen la mejor imagen, ni destacan por ser políticos ejemplares. Los nombres: Mariano Palacios, Tomás Yarrington, Manlio Fabio Beltrones, Ulises Ruiz, Mario Marín, José Murat y Emilio Chuayffet... ¡Puro talento! Y la cereza en el pastel: el niño verde. Ni como ayudarte Roberto.

Andrés Manuel López Obrador. Tu fuerza no es ser confiable. No cumples lo que prometes. Durante más de la mitad de tu gestión en el Distrito Federal pediste que te diéramos por muerto, sin embargo, a partir de 2004 modificaste poco a poco tu discurso hasta admitir en abril de 2005 que sí querías ser Presidente. ¿No que no? Si hasta te brillaban los ojitos nada más de escuchar la palabra. Y de respetar la ley ni hablamos, ¿verdad? Mejor esperamos a ver qué dice tu dedito.

La congruencia tampoco es lo tuyo. Primero eras orgullosamente priista, luego, cuando en ese partido te cerraron espacios, fuiste al Frente Democrático Nacional, donde gustosos te recibieron. Pero no olvidaste tu pasado, y ahora, para no extrañar tus orígenes, te...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR