Manuel J. Jáuregui / ¡Apréndanle algo!

AutorManuel J. Jáuregui

"El gobierno", les respondió el Presidente a los agricultores que le demandaban subsidios, "no es la solución: el gobierno es el problema".

Quien esto afirmó, y en consecuencia actuó, fue el finado Ronald Reagan.

Más de 200 mil norteamericanos desfilaron los dos últimos días por la rotonda del Capitolio en Washington para rendirle respetos y mostrarle afecto a su ex Presidente.

Nos preguntamos: si mañana muriera uno de nuestros ex Presidentes, ¿cuántos mexicanos desfilarían ante su féretro?

Reagan fue uno de los mejores Presidentes de la era moderna, y lo fue porque nunca perdió de vista para qué sirve un gobierno: ¡para servir al pueblo!

Siempre fue el hombre común el destinatario de las acciones de este popular Presidente, excelente comunicador, hombre afable, risueño, firme y sensible.

El pueblo se encariñó con él, básicamente, además de por ser efectivo, reactivar la economía y recuperar la autoestima norteamericana, porque jamás se tomaba demasiado en serio, siempre bromeaba a costa de sí mismo: cuando sufrió un atentado, resultando herido de bala en un pulmón, sus primeras palabras cuando entró el quirófano y se vio rodeado de médicos fueron: "¡espero que todos ustedes sean republicanos!".

Al salir de la operación, le dijo a su esposa Nancy: "Cariño, ¡se me olvidó agacharme!".

Mucho le podrían aprender a Reagan nuestros novatos aficionados a la política que hoy nos desgobiernan, a él y a su legado histórico, no sólo a su estilo, sino también al sólido y abundante contenido de sus acciones.

Éstas, invariablemente, tenían como ímpetu principal el LIBERAR el potencial creativo del ciudadano, quitarle de encima el peso del gobierno y disipar los escollos burocráticos que estorban la labor productiva del ciudadano.

Promovió Reagan los libres mercados, la apertura en todos los sentidos, provocó con su estructurada diplomacia la caída del muro de Berlín y solidificó en el mundo el desarrollo de la democracia.

Las bases económicas de laissez faire (término que significa "dejar hacer") que sentó Reagan sirvieron para permitirle a Estados Unidos lograr la expansión económica más prolongada de su historia, más de ocho años consecutivos de enorme crecimiento y desarrollo, y hasta provocó que a su política económica se le bautizara como "reaganomics".

¿Puede usted concebir, amable lector, que la historia algún día le llame al mamotreto de políticas económicas bizantinas recaudatorias y estorbosas que padecemos "foxonomics"?

Muchos y muy...

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