Manuel J. Jáuregui / Ingresos tributarios

AutorManuel J. Jáuregui

Mientras muchos se distraen con un video editado a la vigésima parte de su contenido, en el que sólo se divulga lo que dice UNO de dos conversadores, y que no comprueba nada más que la existencia de cochupos en el Gobierno de la Capital, nuestros legisladores debaten contra el tiempo el presupuesto federal para el 2005.

Este tema importantísimo quizás no ha ameritado el debido análisis, tales son las cortinas de humo que nublan el altiplano.

Salta a la vista por evidente que, para poder determinar un presupuesto, simultáneamente nuestros legisladores deben aprobar un paquete fiscal que genere los dineros que pretende gastar el Gobierno federal.

Todo gobierno -deba o no, tal es la naturaleza intrínseca de las burocracias- quiere gastar más.

Ejercer crecientes presupuestos es el recurso fácil del burócrata: es la ruta del menor esfuerzo.

Esta administración, como muchas otras, ha comprado por completo esta debilidad y cada año pretende convencer a la población, y a los legisladores, que requiere más ingresos.

Como justificación, dice que los ingresos tributarios del Gobierno mexicano están muy por ABAJO -expresado como porcentaje del Producto Interno Bruto- de los países desarrollados.

Pretexta que la recaudación fiscal de México ronda apenas el 11 por ciento del PIB, cuando en Chile esta recaudación es del orden del 17 por ciento y en Brasil es casi del 20 por ciento.

Con este argumento, el Ejecutivo presenta un paquete para el año que entra que pretende elevar esta recaudación, y como consecuencia incrementar la carga tributaria a los contribuyentes mediante diversos esquemas.

Esta versión oficial, que no es falsa, simplemente distorsionada a propósito, hace caso omiso de otra verdad: que en México existe una serie de tributos indirectos que recaen sobre los contribuyentes, los cuales cambian por completo la "competitividad" tributaria del Gobierno mexicano.

Nos explicaremos: si usted, amable lector, agrega a la recaudación fiscal los llamados "ingresos petroleros" del Gobierno, entre los que se encuentran los tributos que pagamos los mexicanos en el precio de la gasolina y el gas natural, resulta que la recaudación fiscal total, expresada como porcentaje del PIB, se dispara un 5.3 por ciento para alcanzar casi el DIECISÉIS por ciento del PIB: cifra casi igual a la de Chile y sólo marginalmente por debajo...

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