Manuel J. Jáuregui / Voto corporativo

AutorManuel J. Jáuregui

Hoy amanece en Monterrey el puntero en las encuestas presidenciales, Andrés Manuel López Obrador.

A mediodía sostendrá una reunión con empresarios (del G-10MIL, o sea todos) en un hotel de aquella ciudad.

Quizá ahí podrá el candidato responder a satisfacción del público cuando menos estas tres preguntas:

  1. - ¿Por qué acude MORENA, su partido, a postular por la vía plurinominal a un líder sindical minero prófugo de la justicia mexicana desde hace dos sexenios?

  2. - ¿Por qué la pretensión de revivir -vía MORENA- a otra lideresa sindical, Elba Esther Gordillo, quien se encuentra bajo arresto domiciliario?

  3. - ¿Es cierto, como ha dicho alguna de su gente, que pretende congelar la reforma energética y prohibir a empresas extranjeras participar en la exploración y explotación de yacimientos mexicanos, ya que PEMEX está quebrado y no tiene los recursos para hacerlo?

Hay muchas otras preguntas que quizá no lleguen siquiera a ser hechas, por ejemplo, que en días pasados escuchamos a un banquero mexicano decir que temía de él que "expropiara la Banca".

Es decir, cada sector, cada grupo abriga dudas relacionadas con cómo podría afectar al desempeño económico de su actividad empresarial la posible llegada de AMLO a la Presidencia de México.

Estamos seguros de que AMLO está perfectamente consciente de que sus rivales políticos lo quieren equiparar con un Hugo Chávez, o peor aún, con un Nicolás Maduro, ex chofer de camión que literalmente ha destrozado la economía y la vida social de Venezuela.

Tan se da cuenta, que creemos que -precisamente- escogió HOY reunirse en Monterrey en un auditorio con empresarios medianos y pequeños -y quizás después los grandes- para "calmar los ánimos", y reducir los niveles de ansiedad que la guerra política ha exacerbado y que pretende pintarlo como un "peligro para México".

Quizás -esto lo pensamos a título personal- la incorporación o cercanía con líderes sindicales cuestionados tenga que ver con la "neutralización" del VOTO CORPORATIVO, esto es, del voto sindical.

Pero, nos preguntamos, ¿acaso no perderá más votos ciudadanos jugándola con ellos, que los que podría sumar SIN ellos?

A esto solamente el candidato podrá responder, ya que nada más él conoce cuáles fueron los argumentos decisivos a favor, los que lo inclinaron a tomar esta decisión que ha resultado...

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