Manuel J. Jáuregui / Un triste 55avo

AutorManuel J. Jáuregui

La verdad es que, leyendo entre líneas y entendiendo las implicaciones de las estadísticas, nuestro México Mágico y su Gobierno no tienen gran cosa de qué presumir.

A ninguna otra conclusión se puede arribar tras leer dos estudios económicos recientes, uno del Banco Mundial y el otro de la OCDE.

En el primero se advierte que el índice de empleos informales en México, en relación al tamaño de su economía, es alto y que este elevado índice se ha mantenido entre el 50 y el 62 por ciento durante los últimos 20 años.

Imaginen ustedes, amigos, lo que implica que más de la mitad de la población activa mexicana se desempeñe en el sector informal, lo cual incluye empleos temporales o marginales.

Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos establece que nuestro salario mínimo nos ubica en la posición 55 de los más bajos de entre 125 países medidos.

Estando nuestra economía -dependiendo de circunstancias- entre las "top ten" del mundo, nuestro salario mínimo debería rondar ese nivel para ser equiparable.

Mas no, andamos a media tabla rivalizando en la percepción mínima con economías mucho más pequeñas y menos desarrolladas.

El alto nivel de empleos informales en nuestro País arroja que las mediciones oficiales sobre el nivel de ocupación en México resulten engañosas hacia el lado halagador.

Muchos de los empleos informales poseen otra característica: son "autoempleos", es decir que el "asalariado" percibe su ingreso de una actividad económica propia que, como decíamos, frecuentemente suele ser temporal y poco redituable.

Y la cual, también frecuentemente, se ha visto en la necesidad de iniciar al no encontrar el empleo formal que requiere para el sostenimiento propio y de su familia.

Se mide aquí oficialmente un empleo informal como si fuera formal, de manera que la cifra de desempleo en México resulta siempre desconcertante, pues siendo baja no se refleja en el otro factor: el crecimiento de los salarios.

Para ser exitosa económicamente una nación no sólo requiere altos niveles de empleos, sino de empleos bien remunerados.

El salario mínimo en México equivale a unos mil 332 dólares anuales; esta cifra en Brasil, por ejemplo, es de 3 mil y en Perú de 2 mil dólares.

Incide sin duda en este fenómeno de bajas percepciones salariales...

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