Manuel J. Jáuregui / La puntilla

AutorManuel J. Jáuregui

Por si acaso se requiriera comprobación respecto al tremendo daño que están causando en la economía los cierres y prohibiciones so pretexto del Covid ahí están las estadísticas: ONCE MIL QUINIENTAS empresas cerraron en México entre marzo y octubre de este año. ¡Imaginen la cantidad de empleos perdidos con la muerte de estos negocios!

Ésta es la realidad en que está sumido nuestro México, y aún así -por lo menos a nivel local- nuestros gobernantes se ponen más jarochos y le asestan el DESCABELLO, la puntilla, a la planta de empleo, creando desabasto y escasez con una serie de prohibiciones y cierres completamente dislatados. La insensatez de nuestros gobernantes -en todos los niveles- no conoce límites, resulta epopéyica en sus dimensiones e ilimitada en sus alcances nocivos.

Según estudios de la Canacintra, la mayor afectación, o sea la mayoría de los cierres -permanentes- de las empresas, se da en las que tienen entre 51 y 250 empleados. Por lo que la pérdida de empleos, de marzo la fecha, es considerable: familias enteras de mexicanos se han quedado sin sustento, pues su fuente de trabajo desapareció. Esta desaparición resulta ser claramente forzada en parte por la pandemia. Pero, principalmente, por las malas decisiones gubernamentales, que en lugar de AYUDAR, ESTORBAN más que un piano en la cocina.

Prolongar y profundizar los cierres, adoptar medidas totalitarias y absolutistas y NO AYUDAR a la recuperación, finalmente conlleva tanta responsabilidad en este desastre como la pandemia misma por la que atraviesa el País. Tan profundo, que ahora las estimaciones para el crecimiento de nuestro PIB en el 2021 van A LA BAJA, pues luce en chino tener una economía vigorosa con la actitud "anti" que toma el Gobierno central (sumada ésta a las burradas de los Gobiernos locales).

Los ejemplos abundan, y uno de los más recientes es que el todopoderoso SAT NO HARÁ MÁS DEVOLUCIONES de impuestos en este 2020, y que las hará -si le pega la gana- en el 2021. Estamos hablando de que el Gobierno, en el momento más inoportuno imaginable, se queda a la fuerza con el dinero que les pertenece a las personas físicas y morales, es decir, a los contribuyentes, y que NO ES DE ÉL...

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