Manuel J. Jáuregui / ¡A palos!

AutorManuel J. Jáuregui

No pretendemos ser aguafiestas y mucho menos exhibir al señor Presidente en un equívoco, o como se le quiera llamar, pero al parecer sus subalternos le informan MAL sobre los acontecimientos más importantes a nivel nacional, y en consecuencia la versión de hechos que él maneja y comparte con la nación no concuerda con la realidad. Esto no sólo destantea a la opinión pública, nacional y extranjera, sino que puede interpretarse por la ciudadanía como un engaño con intenciones malévolas.

Les suplicamos, amigos lectores, que tomen como ejemplo de lo que decimos el enfrentamiento de ayer afuera de la construcción de la refinería Dos Bocas entre trabajadores de la obra en huelga, empleados de ICA, con (o contra) Policías antimotines del Estado de Tabasco. Hubo una refriega, palos, gases lacrimógenos -y según los trabajadores, tres paristas heridos- aunque también hubo versiones de que pudo haber un muerto por BALA.

Siendo importante el saldo, sobre todo si se habla de un posible muerto, también lo es el hecho de que el zipizape NO FUE un enfrentamiento entre sindicatos, como afirmó el Presidente. Realmente fue un enfrentamiento entre POLICÍA estatal y obreros, con la Marina realizando la siempre importante -aunque inútil- labor de "observadora".

Da la impresión de que en su desmañanera el señor Presidente quiso minimizar los hechos, intencional o accidentalmente, dependiendo de si conocía o no la realidad. La verdad es que, cualquiera que haya sido la causa de la desinformación expresada por el Presidente, ésta genera preocupación. Ya sea si fue desinformado por sus subalternos, o que, sabiendo la verdad, haya querido manejar una versión ajena a los hechos que justificara minimizar el suceso. AMBAS cosas, o la una o la otra por separado, contribuyen a generar desconfianza en el Gobierno.

Conducirse con veracidad es el requisito principal de cualquier Gobierno democrático, le sean halagadores o no los hechos. Para lograr un BUEN desempeño, los Gobiernos deben partir de los hechos, de la realidad, no pueden inventar historias alternas o imaginarias para tomar decisiones.

Es imposible para el que así gobierna que adopte SOLUCIONES atinadas para enmendar los problemas de la nación. ¿O qué ya se olvidó la premisa del buen Gobierno atribuida a Lincoln?: "Se puede engañar a parte del pueblo...

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