Manuel J. Jáuregui / Mal vamos
| Autor | Manuel J. Jáuregui |
Lo trágico no es que seamos el tercer lugar mundial en cantidad de muertos por coronavirus, más de 52 mil al día de ayer, sino que seamos el PRIMER LUGAR MUNDIAL per cápita.
Esto es, en cantidad de muertos en relación a población -una medida mucho más realista-, en muertes per cápita nadie nos supera, nadie en el mundo.
Cierto que la cantidad de contagios y muertes en los Estados Unidos está adquiriendo proporciones monumentales, pero ellos tienen casi tres veces nuestra población.
De manera que el Dr. López-Gatell y su jefe no tienen nada de qué jactarse, al contrario, vamos encaminados a una tragedia monumental en términos humanos, agregada por supuesto a la tragedia económica que ya nos ha sobrecogido.
Tal parece que la dimensión misma del desastre que nos ha azotado ha rebasado sobradamente la capacidad de respuesta no sólo del Gobierno, sino de la sociedad misma, pues incluso en el sector privado estamos ya peligrosamente cerca al tope de la capacidad hospitalaria para tratar infectados graves.
Los contagios a su vez continúan avanzando y no han incorporado nuestras autoridades, ni locales ni federales, un ÍNDICE nuevo, importantísimo, que resulta súper necesario para medir el delta en la tasa de contagios y sólo así poder determinar qué medidas tomar y qué tan efectivas resultan.
Este ÍNDICE necesario es el de Pruebas a Positivos.
Esto es, qué porcentaje sale positivo como parte de las masas de pruebas que se realizan.
Este número nos da una idea de cuál es la tendencia de los contagios en la sociedad, lo cual determina la eficacia de las medidas adoptadas.
La opción de cerrar por completo la economía ya pasó, no fue efectiva, de manera que no existen razones médicas ni económicas para persistir con esta draconiana medida que cancela la oportunidad ciudadana de emprender trabajo productivo y esparcimiento necesario.
Las causas de que haya fracasado tendrán que ser discutidas después, pues hoy realmente no resuelven nada.
Hoy la única opción que nos queda, o les queda a las autoridades, es la de incrementar las pruebas para poder separar a infectados de sanos, sobre todo a los más peligrosos: los infectados asintomáticos, especialmente si son lo que se considera "super spreaders".
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